¿Dónde vive la familia real de Reino Unido?

Los espacios en los que reside la familia real son testigos de la historia y representan un legado que se mantiene vivo en cada generación.

31 de octubre, 2024 | 12.15

La familia real británica posee una amplia colección de propiedades distribuidas en Reino Unido y más allá, incluyendo lujosos palacios, castillos históricos y fincas privadas. Desde el Palacio de Buckingham en Londres hasta el Castillo de Windsor y residencias en Escocia e Irlanda, estos lugares representan no solo la historia de la monarquía, sino también los espacios de vida y trabajo de sus integrantes actuales. Sin embargo, cada miembro de la familia tiene su propia residencia principal, de acuerdo con sus preferencias y obligaciones, reflejando así tanto el lujo como las prioridades de la modernidad.

Residencia del Rey Carlos III y la reina consorte Camila

Desde su matrimonio en 2005, el Rey Carlos III y la reina consorte Camila residen principalmente en Clarence House. Este lugar, que ha sido su hogar durante años, se construyó entre 1825 y 1827 y ha pasado por múltiples remodelaciones a lo largo del tiempo, adaptándose a los gustos y necesidades de sus sucesivos residentes. Carlos III, quien ya ha manifestado su intención de mantenerse en Clarence House como su residencia principal, pasa allí tres días a la semana, mientras que el Castillo de Windsor, a las afueras de Londres, sirve como segunda residencia en la que transcurre parte de su tiempo laboral.

Durante los fines de semana, el monarca y su esposa disfrutan de la finca de Sandringham, situada en Norfolk, un lugar que permite a la pareja real un espacio de descanso y desconexión de sus actividades oficiales. Aunque tradicionalmente el Palacio de Buckingham ha sido la residencia oficial de los monarcas británicos, el Rey Carlos ha expresado que no planea mudarse ahí, alegando razones de sostenibilidad y adaptación al mundo moderno. Actualmente, el Palacio de Buckingham se encuentra en medio de una restauración significativa, que representa una inversión de 440 millones de euros, y continúa sin ser habitado de manera permanente desde que la Reina Isabel II decidiera trasladarse a Windsor al comienzo de la pandemia.

Hogar del príncipe William y Kate Middleton

Los príncipes de Gales, William y Kate, junto a sus tres hijos, el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, recientemente cambiaron su residencia principal. Durante más de una década, la familia vivió en el departamento 1A del Palacio de Kensington, un edificio icónico de ladrillo rojo que fue diseñado por el arquitecto Christopher Wren y que, a lo largo de tres siglos, ha acogido a numerosas figuras de la familia real. Este lugar emblemático albergó en su momento a la Reina Victoria y, más tarde, a la princesa Diana, madre de William.

Adelaide Cottage tiene cuatro habitaciones y está rodeado por la vasta extensión de la finca de Windsor, que abarca más de 54,000 metros cuadrados.

Sin embargo, los recientes cambios en las responsabilidades de William como príncipe de Gales llevaron a la familia a mudarse a Adelaide Cottage, una propiedad acogedora y modesta en comparación con el espacioso departamento en Kensington. Situado en los terrenos del Castillo de Windsor, Adelaide Cottage tiene cuatro habitaciones y está rodeado por la vasta extensión de la finca de Windsor, que abarca más de 54,000 metros cuadrados. Esta elección responde a la intención de ofrecer a los pequeños príncipes un ambiente familiar más íntimo y un hogar donde puedan disfrutar de una vida lo más normal posible, lejos de las miradas constantes del público.

Residencia del príncipe Harry y Meghan Markle

Tras alejarse de sus deberes como miembros activos de la familia real británica, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle optaron por establecer su hogar en Estados Unidos. La pareja vive actualmente en Montecito, un barrio tranquilo y exclusivo en el condado de Santa Bárbara, California. Su residencia es una mansión de estilo mediterráneo que ofrece un ambiente de lujo y privacidad, caracterizado por la belleza natural de la zona y sus vistas al océano Pacífico.

La propiedad cuenta con una extensión de 1,263 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, con seis dormitorios y ocho baños. Entre las comodidades se incluyen una cocina moderna, salón, comedor, gimnasio y una sala de cine, además de amplias terrazas que permiten disfrutar del clima soleado de California. Con este cambio de residencia, los duques de Sussex han optado por un estilo de vida menos ligado a la realeza británica y más centrado en la vida privada, aunque continúan activos en proyectos filantrópicos y actividades de alto perfil público.