Las familias reales han mantenido una relación especial con distintas razas de perro, eligiendo ejemplares que destacan por su carácter, historia y apariencia. Estos animales no solo fueron compañeros fieles, sino que también han dejado una marca en la historia de las monarquías. Algunas de las razas de perro de la realeza han estado presentes en los palacios durante siglos, ganándose un lugar privilegiado en la vida de reyes y reinas.
Corgi, el favorito de la realeza británica
Los Corgis han sido una de las razas de perro de la realeza más icónicas, especialmente en la familia real británica. La reina Isabel II tuvo más de 30 ejemplares a lo largo de su vida, convirtiéndolos en un símbolo de la monarquía. Aunque suelen asociarse con la compañía, su origen está ligado al pastoreo en Gran Bretaña, donde eran utilizados para guiar el ganado.
De carácter amigable, audaz y sociable, estos perros se adaptan fácilmente a la vida familiar y disfrutan de la interacción con las personas. Su cuerpo alargado y patas cortas les otorgan una apariencia distintiva, que sumada a su energía y temperamento vivaz, los convierte en compañeros ideales.
Terrier escocés, un perro de carácter fuerte
El Terrier escocés ha sido una de las razas de perro elegidas por la nobleza en diversas ocasiones. Con un origen en Escocia, estos perros pequeños pero robustos destacan por su valentía y determinación. A lo largo de la historia, han acompañado a líderes y miembros de la realeza debido a su lealtad y fuerte personalidad.
Aunque su tamaño pueda parecer una limitación, poseen una gran potencia y resistencia. Su pelaje denso y su expresión determinada los hacen inconfundibles. En la familia real británica, fueron elegidos en varias ocasiones por su carácter independiente y su naturaleza protectora.
Golden Retriever, inteligencia y elegancia
El Golden Retriever es una de las razas de perro de la realeza que se distingue por su inteligencia y belleza. Conocidos por su pelaje dorado y brillante, estos perros han sido parte de diversas casas reales gracias a su temperamento amigable y su capacidad de aprendizaje.
Su carácter dócil y su amor por el agua los convierten en una opción ideal para familias activas. Son perros extremadamente sociables, cariñosos y leales, características que los han convertido en compañeros frecuentes en la aristocracia. Además, su facilidad para el adiestramiento los hace destacar en múltiples disciplinas, desde la caza hasta el trabajo como perros de asistencia.
Cavalier King Charles Spaniel, el perro de los monarcas
El Cavalier King Charles Spaniel ha sido una de las razas de perro más apreciadas por la nobleza desde hace siglos. Su nombre hace referencia al rey Carlos II de Inglaterra, quien los tenía como compañeros constantes en la corte.
Pequeño en tamaño pero grande en personalidad, este perro se caracteriza por su hocico corto, grandes ojos expresivos y un carácter alegre. Su sociabilidad y su disposición para el juego lo han convertido en una opción ideal para la vida palaciega. Además, su pelaje sedoso y su andar elegante lo hacen uno de los perros más refinados dentro del entorno real.
Dorgi, la raza nacida en Buckingham
El Dorgi es una de las razas de perro de la realeza con un origen único, ya que surgió dentro del Palacio de Buckingham. Se trata de un cruce entre un Corgi de la reina Isabel II y un perro salchicha llamado Pipkin, perteneciente a la princesa Margarita.
Este cruce resultó en un perro de patas cortas, cuerpo alargado y una personalidad activa y juguetona. Con la inteligencia del Corgi y el temperamento curioso del Dachshund, el Dorgi se convirtió en un fiel compañero de la familia real británica. Su energía y lealtad han hecho que esta mezcla se gane un lugar especial dentro de los perros preferidos de la monarquía.