El ex primer ministro británico, Boris Johnson, reveló detalles impactantes sobre la salud de la Reina Isabel II en sus memorias, que saldrán a la luz el 10 de octubre de 2024. En este relato, Johnson ofrece una visión sobre los últimos días de la soberana, quien gobernó durante siete décadas y falleció en septiembre de 2022. A través de estas revelaciones, se desvela la verdadera causa de su debilitamiento, un hecho que la Casa Real mantuvo en silencio hasta su muerte.
El diagnóstico secreto de la Reina Isabel II
A pesar de que el certificado de defunción de Isabel II indicaba que la causa oficial de su fallecimiento fue "vejez", Johnson asegura que la monarca padecía cáncer de huesos. Según el ex primer ministro, la Reina Isabel II fue diagnosticada con esta grave enfermedad un año antes de su muerte, en 2021. Este diagnóstico fue mantenido en estricta confidencialidad, como parte de una política de la Casa Real para proteger la privacidad de la monarca y no preocupar a la opinión pública. Sin embargo, este nuevo testimonio sugiere que la salud de la Reina Isabel II estaba en un estado más delicado de lo que se había especulado.
El cáncer de huesos es una enfermedad que provoca un dolor intenso y debilitamiento progresivo, lo que explicaría la disminución en las apariciones públicas de la soberana en sus últimos meses de vida. Este deterioro, según Johnson, fue motivo de gran preocupación para los médicos, quienes temían un rápido avance de la enfermedad. Aunque la monarca continuó cumpliendo con algunas de sus obligaciones hasta poco antes de su fallecimiento, su estado físico se había debilitado notablemente.
El testimonio de Boris Johnson sobre la salud de Isabel II
Boris Johnson, quien fue primer ministro del Reino Unido entre 2019 y 2022, es el primer exfuncionario en brindar detalles sobre el verdadero estado de salud de la Reina Isabel II. Su testimonio arroja luz sobre el hecho de que, aunque el público y los medios especulaban acerca del posible deterioro de la monarca, nunca se confirmó oficialmente la enfermedad que la aquejaba. Las memorias de Johnson revelan que, durante su mandato, fue informado por fuentes cercanas a la Casa Real sobre la gravedad de la situación, pero que esta información debía mantenerse en el más absoluto secreto.
El testimonio de Johnson destaca la entereza de la monarca a lo largo de su enfermedad. A pesar de la gravedad de su condición, la Reina Isabel continuó ejerciendo sus funciones hasta los últimos meses de su vida, incluyendo audiencias privadas y participaciones en eventos oficiales. Este comportamiento refleja el compromiso inquebrantable de la monarca con su deber, un rasgo que la caracterizó a lo largo de su reinado.