La plaga de la langosta sudamericana, un insecto polífago que se alimenta de una amplia gama de material vegetal, incluidos cultivos, pastizales y flora nativa, representa una amenaza significativa para la actividad agropecuaria del país. Su capacidad para cambiar su comportamiento y fisiología en respuesta a la densidad poblacional, así como su habilidad para dispersarse hasta 150 km/día.
Muchas características convierten a este insecto en una plaga rural con un poder migratorio notable, capaz de afectar tanto zonas urbanas como rurales. En este artículo, toda la información para prevenirse y saber qué hacer en caso de que afecte los cultivos.
Desafíos y peligros de la langosta
La habilidad de las langostas para alternar entre fases solitarias y gregarias dificulta enormemente su control. En su fase gregaria, estas plagas pueden formar bandadas y enjambres, causando daños extensos a cultivos y vegetación silvestre. Además, su capacidad migratoria y transfronteriza les permite expandirse rápidamente a través de las fronteras, convirtiéndolas en una amenaza constante para la agricultura y la biodiversidad.
Son plagas esporádicas o cíclicas, con brotes que ocurren en intervalos de tiempo específicos. Su ciclo de vida incluye dos generaciones anuales, cuya duración puede variar según las condiciones climáticas, lo que influye en el potencial de brotes masivos y en la dificultad para prevenir y controlar sus efectos devastadores.
Las langostas adultas se agrupan en grandes cantidades, llamadas mangas, y poseen una gran capacidad de vuelo, lo que dificulta su control. Se recomienda realizar el control cuando las mangas se asientan en zonas arbustivas o semiarbustivas, ya que esto reduce el área infestada. Debido a su alta movilidad, el tratamiento debe realizarse cuando las temperaturas son bajas, como en las primeras horas de la mañana o al final del día.
Medidas de control y prevención del Senasa
Ante el aumento de la plaga en regiones como Formosa, Salta, Santiago del Estero y Catamarca, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró una Alerta Fitosanitaria hasta diciembre de 2025. Esta medida tiene como objetivo coordinar acciones para la detección y control temprano de la plaga, así como establecer la obligación de denunciar su presencia en cualquier estadio a las autoridades pertinentes.
Además, se requiere que todas las personas responsables de explotaciones agrícolas y ganaderas realicen actividades de vigilancia, control y fiscalización de manera obligatoria, utilizando los principios activos autorizados por el Senasa. Aquellos que incumplan con estas disposiciones estarán sujetos a sanciones según lo establecido por la ley.