La actriz y cantante Ángela Torres participó de la última velada de PH: Podemos Hablar, el programa que Andy Kusnetzoff conduce los sábados a la noche por Telefe y se refirió a la relación que mantiene con sus padres, Gloria Carrá y Marcelo Torres y a las peripecias que atravesó para despegar del entorno familiar a medida que empezó a trabajar.
“Pasen al punto de encuentro los que tuvieron o tienen una relación especial con sus padres”, propuso Andy Kusnetzoff y la joven dio un paso al frente y arrancó su confesión: “Tuve una familia muy poco hegemónica, por así decirlo. No tengo tanto esa conexión con la familia, me cuesta un poquito”. “Mi familia siempre fue un bardo, toda familia de artistas, un quilombo mal. Y yo me sumé al quilombo de entrada. El vínculo con mi mamá siempre fue un poco difícil, no me llevé bien con algunas de sus parejas, nos cuesta todo, pero de a poquito lo vamos encontrando”, continuó haciendo referencia a su madre, la también actriz y cantante Gloria Carrá.
En esta línea, Ángela señaló la importancia de ir en busca de su propio espacio y también su camino para escribir una historia distinta a la de su familia. “Yo siempre me abrí camino, laburo desde muy chiquita y lo hice todo de forma muy independiente. Me fui a vivir sola a los 17 años porque quería irme de casa”, afirmó.
Sobre sus padres, insistió: "Mi vieja laburaba mucho. Siempre fue un lío. Mis papás nunca se llevaron bien, con sus motivos, y yo estaba en el medio. Mi viejo hizo de todo, es un aventurero de la vida. Tiene sus experiencias, que son magníficas, sus aventuras y anécdotas que me cuenta y valoro, pero es un hippie”.
Teniendo en cuenta que la joven es nieta de Lolita Torres y sobrina de Diego Torres, no tardaron en llegar las observaciones de los demás invitados al programa como Diego Pérez, Damián De Santo, Sebastián Wanraich y el propio conductor del ciclo, Andy Kusnetzoff. Sobre esto, Ángela sintetizó: "Es delicado hablar de eso, porque en mi familia son todos conocidos y no quiero incomodar a nadie".
"Creo que lo que hice en mi vida es que mis amigos son un poco mi familia, y mis hermanos más que nada. Obviamente que a mis viejos los amo, pero necesito unos diez añitos de terapia para sanar un par de cositas, algunas conversaciones para encontrar un encuentro con la persona y comunicarse fuera del dolor”, concluyó.