La legendaria historia del feroz gobernante azteca que derrotó brevemente a los invasores españoles hace cinco siglos fue el centro de atención esta semana en uno de los teatros más conocidos de la moderna capital mexicana, pero los intérpretes de la ópera no cantaron en ninguna lengua europea.
En su lugar, entonaron sus canciones en la lengua imperial de los aztecas, el náhuatl, que aún hablan más de un millón y medio de indígenas mexicanos, aunque sobre el escenario del ornamentado Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México se proyectaron útiles subtítulos en español.
La ópera narra la historia de Cuitláhuac, penúltimo emperador azteca, que en 1520 luchó contra los soldados españoles y sus aliados nativos, liderando una revuelta que mató al menos a cientos de personas y obligó a huir a muchos más, cargados con tesoros robados.
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"Estamos reivindicando muchas cosas", afirma Samuel Zyman, compositor de la ópera titulada "Cuitlahuatzin", que utiliza una versión más formal del nombre del rey.
A pesar de su heroísmo, señala Zyman, Cuitláhuac es menos conocido que su hermano mayor, el emperador Moctezuma, que fue asesinado el día anterior a la revuelta, según uno de los primeros relatos coloniales.
"En este país y en otros países se tiene la idea de que la ópera es europea y que sólo se hace en italiano, en francés y no tiene porqué", añade Zyman. "Este es un tema mexicano, por qué no hacerlo en la lengua de los mexicas", agregó.
La representación contó con actores ataviados con trajes indígenas, la cara pintada y tocados de plumas, quienes percutían tambores nativos y hacían sonar caracolas, mientras una orquesta moderna les acompañaba al fondo del escenario.
Aunque no está claro si los organizadores del espectáculo ofrecerán más funciones, algunos de los asistentes que probablemente vieron por primera vez una ópera náhuatl se sintieron claramente conmovidos por la historia de Cuitláhuac.
"Extraordinaria, verdaderamente", dijo Nina Álvarez, justo después de salir de la representación. "Junto con la escenografía, los bailarines y los parlamentos es lo que nos toca (emociona), es lo que nos hace tan sensibles".
Con información de Reuters