La catedral de Notre Dame de París reabrirá sus puertas la próxima semana a los turistas y fieles católicos, cinco años y medio después de que un incendio destruyera la obra maestra gótica, uno de los monumentos más visitados de la capital francesa.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue uno de los primeros en echar un vistazo a la recién renovada catedral el viernes por la mañana. Parecía impresionado por la espectacular luz que entraba en la nave después de que se renovaran las ventanas de la catedral y se limpiaran sus piedras blancas.
"Esto es sobrecogedor", dijo Macron mientras realizaba una extensa visita junto con su esposa Brigitte y algunos altos cargos, estrechando la mano de muchos de los maestros artesanos que han participado en la renovación.
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Las grandes obras de reconstrucción han devuelto a la catedral del siglo XII su esplendor de antaño, con su aguja, bóvedas de crucería, arbotantes, vidrieras y gárgolas de piedra tallada y la piedra blanca y las decoraciones doradas brillan más que nunca.
Lejos queda la noche del 15 de abril de 2019, cuando los telespectadores de Francia y de todo el mundo vieron con horror cómo el tejado y la aguja de la catedral ardían en llamas y se derrumbaban en un voraz incendio que también amenazó los campanarios principales, que evitaron la destrucción por poco.
Los bomberos trabajaron toda la noche para salvar la catedral y, durante más de cinco años, miles de expertos artesanos emplearon métodos ancestrales para restaurar, reparar o sustituir todo lo que había quedado destruido o dañado.
"Ha sido un proyecto de renovación excepcional", dijo el tallador de piedra Samir Abbas, de 38 años, aliviado por haber terminado en el plazo previsto, mientras esperaba junto a otros 1.300 trabajadores frente a la catedral la llegada de Macron.
El 7 de diciembre por la noche está prevista una ceremonia de inauguración, a la que se ha invitado a personalidades y jefes de Estado, seguida de varias misas especiales para celebrar la reapertura y dar las gracias a quienes ayudaron a salvar y reconstruir la catedral.
Se ha invertido tanto dinero en la renovación —más de 840 millones de euros (882 millones de dólares), según la oficina de Macron— que aún quedan fondos para seguir invirtiendo en el edificio.
La Iglesia católica espera ahora que la catedral acoja a unos 15 millones de visitantes anuales.
"Estamos muy impacientes por acoger al mundo entero bajo el techo de nuestra catedral", dijo el arzobispo de París, Laurent Ulrich, en un mensaje en la página web de la catedral, expresando la gratitud de la Iglesia a todos los que ayudaron a salvarla.
"En la noche del 15 de abril, cientos de miles de personas se comprometieron con lo que entonces parecía una apuesta imposible: restaurar la catedral y devolverle su esplendor en el plazo sin precedentes de cinco años".
(Información adicional de Gabriel Stargardter; escrito por Ingrid Melander; edición de Gareth Jones; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
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