En esta temporada de fiestas de fin de año, muchas personas que están bajo tratamiento farmacológico se encontrarán en situaciones donde el consumo de alcohol es habitual durante reuniones familiares o con amigos. Sin embargo, este hábito puede ser riesgoso y debería evitarse en la medida de lo posible.
El alcohol y los medicamentos no son una buena combinación. ¿Qué sucede si consumo alcohol mientras sigo un tratamiento farmacológico? Pablo Caballero, especialista en farmacia y divulgación científica, señala que los efectos pueden variar dependiendo del tipo de medicamento y la cantidad de alcohol ingerida.
“Es importante consultar con un médico o farmacéutico para garantizar un uso seguro, ya que las recomendaciones deben adaptarse a las particularidades de cada paciente. En algunos casos, puede haber interacciones significativas”, comenta Caballero. Mientras que ciertos medicamentos no ven afectada su eficacia o toxicidad por el consumo de alcohol, otros pueden interactuar de manera peligrosa incluso con cantidades moderadas.
Caballero enfatiza que, aunque el riesgo de interacción disminuye con un consumo reducido de alcohol, no es posible generalizar. En ciertos casos, incluso pequeñas cantidades están contraindicadas. Entre las interacciones más graves se destacan los efectos depresores del alcohol en el sistema nervioso central, especialmente cuando se combina con fármacos como opioides o ansiolíticos.
Los opioides, usados para tratar dolores intensos como el asociado al cáncer, pueden potenciar sus efectos depresores en combinación con alcohol, provocando pérdida de la conciencia e incluso depresión respiratoria mortal sin tratamiento. Por su parte, las benzodiazepinas (un tipo de ansiolítico) pueden causar reacciones similares, aunque menos severas, dependiendo de las dosis de alcohol y medicamento consumidas.
Qué hay que tener en cuenta si estás tomando Paracetamol
El paracetamol, un analgésico de uso común, también requiere atención especial. Su metabolismo genera un compuesto reactivo (NAPQI) que, en condiciones normales, el organismo neutraliza gracias al glutatión, una molécula antioxidante. Sin embargo, el consumo excesivo de alcohol puede alterar esta capacidad del hígado, aumentando el riesgo de toxicidad hepática.
Por ello, quienes consumen alcohol de manera crónica o en grandes cantidades no deben superar los dos gramos diarios de paracetamol, aunque las recomendaciones específicas dependen de cada caso.
Otros antibióticos y el alcohol
El alcohol también puede interferir con ciertos antibióticos, reduciendo su eficacia o provocando efectos secundarios graves. Por ejemplo, medicamentos como el metronidazol, tinidazol o ciertas cefalosporinas (cefamandol, cefoperazona) pueden desencadenar una reacción conocida como “tipo disulfiram”, que incluye mareos, náuseas, taquicardia y dolor de cabeza severo debido a la acumulación de aldehído, un compuesto tóxico. Por todas estas razones, es fundamental que quienes estén en tratamiento farmacológico consulten siempre con un profesional de la salud antes de consumir alcohol durante estas fiestas.
Chau resaca: los consejos que necesitás para celebrar esta Navidad sin culpa
La Navidad ya está cerca y, con ella, las fiestas, los brindis y los excesos. Si bien los festejos son momentos para disfrutar con amigos y familia, muchas veces el consumo de alcohol puede dejarnos pagando la cuenta con una furiosa resaca del día después. Para evitar ese malestar y disfrutar de las fiestas, tené a mano estas recomendaciones.
1. No te olvides de hidratarte entre copa y copa
La hidratación es la clave para que tu cuerpo no sufra los efectos del alcohol. Intercalá un vaso de agua entre copa y copa de alcohol para prevenir la deshidratación, principal causante de la resaca.
Al día siguiente, lo ideal es tomar al menos 2 litros de agua para ayudar a tu organismo a recuperarse. Si bien el agua es fundamental, también podés optar por infusiones naturales como manzanilla o jengibre, que no solo hidratan, sino que ayudan a la digestión.
2. Comé bien antes de empezar a beber
Aunque a veces la idea de hacer un ayuno antes de un gran festejo parece tentadora, sobre todo si uno quiere hacerse una panzada, esta práctica solo aumenta la sensación de hambre y puede llevarte a comer más de lo necesario. Es recomendable mantener tus comidas habituales durante el día, con porciones equilibradas que incluyan proteínas, vegetales y carbohidratos saludables.
Además, comer bien antes de las fiestas ayuda a que el cuerpo no se vea sobrecargado durante la ingesta de alcohol.
3. Moderación y porciones conscientes
Durante los festejos, es fundamental medir las porciones, tanto de comida como de bebida, y evitar los alimentos que sabés que te caen mal o los excesos que pueden sobrecargar el sistema digestivo. Un consejo práctico es disfrutar de los platos típicos de las fiestas, pero sin caer en los excesos, sobre todo con comidas ricas en grasas y azúcares, que pueden aumentar el riesgo de malestar.
4. Infusiones digestivas para calmar el malestar
Si bien no es lo ideal pasar por una resaca, si te sentís pesado o con malestar luego de la celebración, las infusiones digestivas son una excelente opción. Té de boldo, menta, cúrcuma o jengibre son naturales y ayudan a aliviar la pesadez, los gases y la inflamación. Además, contribuyen a mejorar la digestión y aliviar la sensación de incomodidad.
5. Descanso: el mejor remedio post-festejo
Después de una noche de celebración, el descanso imprescindible. Se recomienda un ayuno de 12 a 14 horas tras el festejo, pero sin necesidad de ser estricto.
El objetivo es darle tiempo al sistema digestivo para recuperarse y procesar lo consumido. También es importante dormir lo suficiente, ya que el descanso adecuado va a permitirle a tu cuerpo que recupere energías y procese el alcohol de una mejor manera.
6. Escuchá a tu cuerpo y tomá responsabilidad
Finalmente, la moderación es la clave para disfrutar de la Navidad sin resacas ni malestares. Escuchar a tu cuerpo, respetar tus límites y tomar decisiones responsables te va a permitir celebrar sin preocupaciones. Recordá que la Navidad no es solo una oportunidad para brindar, sino también para disfrutar del momento de manera equilibrada y saludable