Soledad Pastorutti es una de las referentes del folklore argentino. Su carrera empezó cuando ella era muy chica, presentándose por primera vez en un escenario con 15 años de edad. Sin embargo, en las últimas horas, se conoció una noticia que hizo llorar al género popular debido a lo que decidió contar la oriunda de Arequito.
La cantante de folklore decidió hablar sobre su vida en la charla del ciclo Aaprender, llevada adelante en Santa Fe. Para comenzar, destacó que no debe haber diferencias entre las personas "de ciudad" y las "de campo". “¿Y los otros de donde son; acaso no estamos todos dentro del mismo país? ¿Por qué siempre hay en esta sociedad tan compleja en la que vivimos una grieta, ¿por qué nos ponemos en la dificultad de tener que saltar esa grieta? Lo digo porque siempre me ha gustado pararme por sobre esa grieta. Mucha gente no entiende y prefiere callar a hablar. El campo y la ciudad; la ciudad y el campo, pero che ¿por qué tanta diferencia; tanta distancia? ¿por qué River-Boca siempre? ¿por qué hay que ser de un bando o de otro?”.
Tras dicha afirmación, llegó el momento más emocionante. Sin titubear, Soledad Pastorutti reveló que en realidad su comienzo en el foklore se dio mucho antes de lo que la gente pensaba: “Cuando yo empecé a cantar de muy pequeña, tenía 7 años cuando me subí la primera vez a un escenario; yo era una gringuita cantando folklore. Eso significaba para los folcloristas más acérrimos una caradura; estaba haciendo apropiación cultural porque cantaba una chacarera y era de Santa Fe. Sin darme cuenta, de chiquita, ya empecé a querer romper un poco con esas barreras. Pero siempre amé la libertad y, cada vez que me subí a un escenario, me sentía como en mi lugar en el mundo”.
“Saben qué, con los años me di cuenta que no hay cosa más linda que me digan ‘La Sole’. Porque aprendí que esta distancia puede ser mucho menos, si yo la evito también. Las divisiones son falsas, simplemente están porque es más fácil dividir, es más fácil cuando uno no asume sus limitaciones y pone ese problema en el otro”, sentenció Soledad Pastorutti, ante la atenta mirada del público.
Soledad Pastorutti y Arequito, su lugar en el mundo
“Si hay algo que falta en un país tan hermoso, tan rico como la Argentina es conocernos mucho más. Yo me crié en el campo, amo el campo, pero no soy una experta en el campo, no me pregunten cuáles son los ciclos de la cosecha. Puedo saber las marcas de alguna máquina cosechadora por los colores, porque jugábamos con mis primos cuando pasaban por la ruta, puedo saber de las casillas de los contratistas rurales, a quién le pertenece también por los colores”, explicó Soledad Pastorutti.
Hablando sobre Arequito, su ciudad natal, la cantante explicó: “Nací y vivo en Arequito, centro sojero del país. Cuando ustedes entren a mi pueblo se van a encontrar con ese cartel, donde en los 70 se hicieron las primeras prácticas, que no fueron fáciles. Y en el pueblo al lado, Los Molinos, se hace la fiesta de las casillas. Si bien mis padres no estaban ligados al campo, yo me crié rodeada de eso. No tener relación directa con el campo no significa que no podamos entender esa relación tan estrecha que hay entre el campo y la ciudad y que, lamentablemente, hasta el día de hoy genera estas divisiones”.
“¿Sos de la zona núcleo?”, y luego viene la observación: ‘gente de plata’. Por supuesto que hay gente que le va muy bien y está muy bien porque trabajó y se dobló el lomo para eso y también hay gente que todos los años es un volver a empezar, es rogar que el clima acompañe, que la situación económica también acompañe, que le puedan dar el crédito para poder comprar su maquinaria, sus insumos. Soy una habitante del mundo, como decía Atahualpa, la Sole, una gringa. Puedo rodar por el mundo, pero vuelvo a mi raíz, es el amor más profundo que elegí. Es ahora y es mañana, lo que soy y lo que va a seguir es el verde en mi ventana y eso es parte de mí”, cerró Soledad Pastorutti.