Un grupo de activistas climáticos evadió a la seguridad del Museo del Louvre en París y le tiró sopa al cuadro de la Mona Lisa, la obra de arte más famosa del mundo. Un hecho similar ocurrió en 2022, cuando un hombre colocó glaseado a todo el vidrio protector que cubre a la obra de Leonardo da Vinci.
La pieza atrae a millones de visitantes todos los años, ya que es uno de los destinos infaltables en el itinerario de todos los turistas en Europa. El cuadro mide poco más de 77 centímetros de alto y 53 de ancho. Las atacantes fueron dos mujeres activistas forman parte de un grupo llamado Riposte Alimentaire (Respuesta Alimentaria), a favor de la alimentación sostenible.
Ambas manifestantes pasaron por debajo de las barreras que rodean la obra mientras lanzaban en voz alta sus reivindicaciones. "¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y sostenible? Nuestro sistema agrícola está enfermo", gritó una de las mujeres mientras arrojaba la sopa hacia la obra de arte creada en 1797.
El posteo de la agrupación en Twitter
El grupo Riposte Alimentaire se atribuyó este ataque en su cuenta de la red social X e identificó a las dos activistas como mujeres de 24 y 63 años. "Dos ciudadanos involucrados en la nueva campaña Food Response rociaron con sopa el mundialmente famoso cuadro “Mona Lisa”, expuesto en el Museo del Louvre", escribieron en el posteo. Y siguieron: "A través de su acción no violenta, Sasha (24 años) y Marie-Juliette (63 años) exigen el establecimiento de una Seguridad Social Alimentaria Sostenible. En Francia, una de cada tres personas se salta las comidas por falta de medios. Al mismo tiempo, se desecha el 20% de los alimentos producidos. Nuestro modelo estigmatiza a los más precarios y no respeta nuestro derecho fundamental a la alimentación".
"Esta violencia que pesa sobre nuestros alimentos y sobre quienes la permiten tiene causas claras: la industria agroalimentaria aumentó sus márgenes al 48% el año pasado, y se estima que sus ganancias excesivas son responsables de dos tercios de la inflación", continúa el hilo que publicaron desde la organización en X. Y siguió: "Al mismo tiempo, los tratados de libre comercio europeos crean condiciones para una competencia desleal entre la agricultura nacional y los productos extranjeros que no cumplen con estándares ecológicos y sociales mínimos".