En el mundo del cuidado de las uñas, existen diferentes técnicas para lograr resultados duraderos y hermosos. Dos de las opciones más populares son el kapping gel y el esmaltado semipermanente. Si te preguntas cuál es la diferencia entre ambas técnicas, acá te lo explicamos.
¿Qué es el esmaltado semipermanente?
El esmaltado semipermanente, también conocido como esmalte en gel, se aplica en tres capas y se seca rápidamente mediante la exposición de las uñas a una cabina UV/Led. Esta técnica proporciona un acabado duradero que puede durar hasta dos semanas. El esmaltado semipermanente se puede aplicar tanto en uñas naturales como en uñas artificiales. Una de las ventajas de esta técnica es que se puede quitar sin necesidad de limar las uñas, simplemente utilizando un líquido removedor especial para esmaltado semipermanente.
El esmaltado semipermanente ofrece una tonalidad más luminosa en comparación con el esmalte tradicional. Además, tiene una excelente relación calidad-precio debido a su larga duración. Sin embargo, es importante tener en cuenta que durante las dos semanas que dura el esmaltado semipermanente, llevarás el mismo tono en tus uñas. Para removerlo, simplemente tenés que remojar las uñas en agua tibia y luego colocar un algodón remojado con líquido removedor en cada uña durante quince minutos. Evitá intentar quitarlo raspando o desprendiendo el esmalte con tus uñas, ya que esto podría dañar las capas de tus uñas y debilitarlas.
¿En qué se diferencia el kapping del esmaltado semipermanente?
El kapping, también conocido como baño de gel, es un tratamiento destinado a proteger y fortalecer las uñas naturales. Es especialmente beneficioso para aquellas personas que tienen uñas escamadas, quebradizas o débiles y que no desean o no pueden optar por las uñas esculpidas.
En el proceso de kapping, se aplica una capa de gel protector sobre las uñas naturales sin modificar su longitud. Dependiendo del crecimiento de las uñas y del cuidado adecuado, el kapping puede durar hasta tres semanas. Se recomienda nutrir las uñas con aceite de cutícula y quitar el esmalte con un quitaesmalte sin acetona. Para el kapping, se utiliza un gel de construcción diseñado específicamente para esta técnica.
Para realizar el kapping, se aplica una capa fina de gel sobre las uñas naturales y luego colocarlas en una lámpara Led/UV durante 1 o 2 minutos. Si necesitas corregir imperfecciones, podés usar un clarificador. Luego, se aplica el esmalte en capas finas, alternando cada aplicación con la lámpara. Es importante tener en cuenta que una vez que las uñas se han curado en la lámpara, no se pueden modificar. Por último, se aplica un top coat para sellar el resultado.
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