El doctor Rubén Mühlberger fue uno de los principales protagonistas de las noticias en Argentina en estos días. Es que, luego de asegurar que poseía el antiviral para combatir el coronavirus, el esteticista fue descubierto en varias maniobras polémicas que fueron siendo develadas poco a poco. Entre ellas, la mismísima Elisa Carrió fue víctima de un episodio revelado por Jorge Rial.
"Su amiga Lilita Carrió cerraba la clínica. Tuvo un problema con una pequeña operación, y ahí tal vez empecemos a desenredar el ovillo de la cuestión. No hay manera de que esta gente pueda trabajar sin protección política", manifestó el conductor de América TV.
Tras hacer pública la información, miles de trolls macristas salieron a atacar a Rial, pero él no se quedó callado. "Se enojaron conmigo los trolls macristas porque Elisa Carrió iba a la clínica del chanta de Mühlberger y que cerraban la clínica para ella sola", explicó.
Rial chicaneó al decir que lamenta "que la fiscal de la República haya creído en un charlatán" y, de forma inrónica, profundizó: "Pero es su referente, entiendo que se sientan un poco giles".
Tras la detención de Mühlberger y la clausura de su centro de estética ubicado en Retiro el jueves pasado, los testimonios en su contra se multiplican. Este lunes se sumaron dos relatos escalofriantes de una ex paciente trans que paso por la clínica en el 2012 y otra experiencia de un familiar de un director técnico que había iniciado su tratamiento días antes de que se decretara la cuarentena.