Marcela Tauro y Luis Ventura tuvieron un inesperado cruce al aire de Fantino a la tarde. Es que, en la emisión en vivo llevada a cabo en la tarde del miércoles, ambos periodistas enfatizaron en miradas muy diferentes sobre una vieja historia de amor que se llevó a la mesa.
Una señora de 62 años envió una carta que Alejandro Fantino leyó en voz alta y la cual logró conmoverlo hasta las lágrimas. En ella, la protagonista afirmaba haber encontrado el amor verdadero "hace dos veranos" y pidió consejos para saber qué hacer con su vida: ella está casada hace 40 años con el hombre que eligió para tener una familia y con el cual tiene dos hijas.
Consultada por el conductor, acerca de qué debería hacer esta mujer, Tauro no dudó en alentarla. "Es difícil encontrar el amor", sentenció la panelista. Y allí fue cuando Luis Ventura salió al cruce y acotó: "Me hablás de amor, pero ¿qué me decís de la lealtad? Acá tenés doble mirada, ¿con el que te dedicó 40 años qué haces?".
El presidente de APTRA no estuvo de acuerdo con la mirada de su compañera. Alegó que la señora, quien afirmó haberse encontrado a su amor "en una plaza", no lo halló por casualidad. Para él, ella forzó este acontecimiento: "Es todo un simbolismo, porque cuando vas a la plaza a buscar un libro, no vas a buscar un libro, vas a buscar otra cosa. Cuando ella lo ve sentado comiendo una naranja... A ver, Marcela, vamos a convenir en algo. Cuando vos te acercás a un hombre que está solo comiendo una naranja...".
"Hoy tiene que jugársela, la vida es una. Puede estar vacía la pileta pero...", acotó Tauro. De todos modos, Ventura no cesó en su pensamiento y lo sentenció con una frase lapidaria: "Si está vacía tiraste la vida por la ventana".
La carta completa que hizo emocionar a Fantino y cruzar a Tauro con Ventura
"A los 23 años me casé con mi esposo de toda la vida. Este año cumplimos 40 años de casados. Tuve una vida feliz, plena, digna, con dos hijos hermosos. Hace dos veranos, me fui a hacer los mandados y un señor me preguntó por la salida del pueblo (en la Pampa). Me quedé charlando tres minutos. Volví a cruzarlo en la plaza mientras él estaba comiendo una naranja. Nos reconocimos. Esa vez charlamos diez minutos y me contó algo de su vida. No nos tuteábamos. Me gustaba que me leía. Hacía 40 años que no sentía eso en mi estómago en mi pecho, que no me miraban y me escuchaban", relató, para luego contar que cuando fue a devolverle un libro, terminó subiéndose a su auto. "Me tomó de la mano y me besó. Y así fue hasta ahora en la pandemia. Está casado de toda la vida con una mujer que no ama. Me di cuenta que lo amo y es la historia de amor que merezco vivir".