El conductor Eduardo Feinmann volvió a Radio Rivadavia y habló de cómo fue su dura batalla contra el coronavirus. El periodista dio detalles de su tratamiento en un hospital público.
Luego de superar el COVID-19, el conductor decidió tomarse unos días más para regresar a su trabajo debido a que aún sufría las consecuencias físicas de la pandemia, pero finalmente volvio este lunes 21 de septiembre. En conversación con su colega Fernando Carnota, contó los momentos más difíciles de su enfermedad.
"Soy lo que quedó después de que me pasaran 10 aplanadoras por encima. Es tremendo. De chico me pesqué todas las enfermedades pero nunca pasé una situación similar", contó Feinmann.
El también conductor de A24 sostuvo que "esta enfermedad es tremendamente inhumana". Al tiempo que relató cómo fue su estancia en el Hospital de Clínicas: "Te tiran en una cama y ahí quedás. No le conozco la cara a nadie. Sólo les conocí los ojos. Nada más".
El periodista resaltó que el coronavirus "es una enfermedad que, como no tiene cura, los médicos te dicen 'vamos viendo y esperemos que no avance'" y en ese momento de incertidumbre "la cabeza juega un papel muy fuerte".
El conductor indicó que "la cabeza te corre" y contó que además de los tratamientos más conocidos "te inyectan anticoagulantes y te explican que es para que no se te forme un coágulo y se te suba a la cabeza", lo que genera ciertos temores en cualquier persona.
Asimismo, Feinmann resaltó que la carga viral que tuvo "fue monumental", según le explicaron los propios especialistas. "El doctor me dijo que tenía el récord de carga viral del Hospital de Clínicas. Sos el número de carga viral en el Hospital de Clínicas. El promedio es entre 60.000 y 250.000 copias o bichitos (sic). Yo tuve 100.000.000, literal", develó.
Y sobre el momento en que se enteró que había contraído el virus, recordó: "Un miércoles me levanté con fiebre y disfónico. Paré, hice el hisopado y me guardé, como hay que hacer. Cuando me confirmaron que era positivo fue como si se me hubiera caído un edificio encima".
Feinmann comentó que "recién" el pasado jueves se sintió bien y también se refirió a cierto tipo de discriminación que recibió por parte de algunos vecinos al confirmarse su contagio. "Vos fijate la miserabilidad de una vecina del edificio porque yo pasé a ser un apestado y una amenaza", concluyó.