En 2005 Dady Brieva entrevistó en su programa Agrandadytos a Mariano Sinito, un niño de nueve años fanático de Diego Maradona. Mientras estaban hablando sobre la creación de la "Iglesia Maradoniana", apareció el futbolista y la reacción del chico conmovió a todos. Ahora, 15 años después, Brieva volvió a hablar con él quien le contó qué fue de su vida y cuál fue el impacto que tuvo ese momento televisivo.
Sinito por aquel entonces militaba convencido la "religión" que venera al astro del fútbol y era un estudioso de su ídolo. Frente a cámara, se refería con soltura a los logros deportivos, a su historia y a los episodios que protagonizaba en su ámbito personal Maradona. Pero un día, sin saberlo, Brieva llevó a su programa al Diez y el niño se puso a llorar desconsoladamente. Ese momento quedó grabado para siempre en la memoria de todos.
Hoy, con 24 años, Sinito vive con su madre en Rosario y es todavía recordado por su linda reacción al conocer a su ídolo. "¡Estoy tocando el cielo! ¡Estoy al lado de Diego! ¡¿Qué querés?!", había dicho entre lágrimas. Según confirmó, ese momento fue un antes y un después en su vida.
"En mi experiencia personal, después de Agrandadytos y de todo lo hermoso que fue ese proceso para mi, con todas las maravillosas oportunidades que tuve y todo lo que pude hacer, realmente fueron años de penumbra mi vuelta a la vida normal. No sé en el caso de los demás, pero en el mío significó mucho maltrato de parte de adultos. Lejos de lo que se dice, de que los niños son crueles, a mi me pasó al revés", confió y agregó: "Esto era en especial con el tema Maradona. Desde que Diego llegó al ojo público fue utilizado por cierto sector de la población para ser golpeado y la gente se sienta mejor consigo misma. Por haber pasado al lado de su vida, de refilón terminé cobrando igual que él".
Además, recordó en qué consistía la pasión de la "Iglesia Maradoniana": "No difería mucho de un club o de una peña. Era un juego de palabras para apreciar a Maradona, que como le decían 'El Dios del Fútbol' se le creó una "Iglesia" acá en Rosario. Se celebraban fechas asociadas con eventos de la vida de Diego, un juego. Muchos lamentablemente se lo han tomado literalmente, pero no".
"Siempre dije que al Diego nunca le perdonaron que fuera un negro de la Villa Fiorito, eso va a ser así hasta que se muera. Yo no oculto mi amor por él, como sí lo tuve que hacer en algún momento en el pasado, producto del bullying que recibí una vez que salí de Agrandadytos", recordó y describió: "Hubo profesores que no me dejaban participar en las clases de catequesis, en los actos del colegio me decían por micrófono que idolatraba a falsos ídolos y que me iba a ir al infierno, me encontraba en la calle con gente que me agarraban y me decían que mi ídolo era un falopero, cuando yo ni siquiera entendía. Fueron muchos años de terapia en mi adolescencia y después a los 18 me animé a volver a ser un pibe fan de Diego".
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