Hace 27 años, cuando ocurrió la trágica muerte de Diana de Gales, la princesa que perdió la vida en un fatal accidente de coche en el Puente del Alma de París, una de las preguntas que más hizo sangrar la herida de los amantes de su historia era qué sucedería con sus hijos. Los jóvenes, que no superaban los 16 años, quedaron al cuidado de su padre y esto fue determinante para su formación.
En este artículo, repasaremos qué ocurrió con ellos y cómo crecieron en ese terrible dolor. Su vida, sus aciertos y sus fracasos, fueron conocidos por el mundo.
Príncipe Guillermo: Un camino de responsabilidad y compromiso
La muerte de Diana ocurrió cuando Guillermo tenía 15 años (hoy 41) y esto lo obligó a madurar rápidamente. Contener sus emociones durante dos décadas, según sus propias palabras, tuvo consecuencias significativas en su vida personal y laboral. Sin embargo, la llegada de Kate Middleton cambió su vida. Casados desde 2011, la pareja tiene tres hijos y se ha convertido en el futuro de la monarquía británica.
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Hoy en día, Guillermo despliega un papel esencial en la casa real británica, presidiendo eventos, participando en actos oficiales y continuando la labor benéfica iniciada por su madre. Con la renuncia de su hermano Harry a sus roles reales, el príncipe Guillermo y su esposa, los duques de Cambridge, vieron aumentada su importancia en la familia real.
Príncipe Harry: Rebelión y transformación personal
La muerte de Diana afectó al príncipe Harry, hoy de 39 años, de manera diferente. Rebelde y en búsqueda de su identidad, Harry tomó caminos menos convencionales. Escándalos y controversias marcaron su juventud, pero una vez finalizados sus estudios, emprendió un año sabático viajando por Australia, África y Argentina.
El príncipe Harry eventualmente se estabilizó y se enamoró de Meghan Markle. Casados en 2018, la pareja dio la bienvenida a su hijo Archie en 2019. En 2020, Harry y Meghan tomaron la decisión de retirarse de sus deberes reales, mudándose a Canadá y luego a Estados Unidos. En junio de 2021, nació su hija Lilibet Diana.
Siguiendo los pasos de su madre, Harry se involucró en causas humanitarias, centrándose en la eliminación de minas antipersona, una lucha que Diana también abrazó. Además, fundó los Juegos Invictus, una competición para veteranos de las fuerzas armadas.
La muerte de Diana sigue siendo un capítulo doloroso para Harry, quien está explorando aquel agosto de 1997 para escribir un libro sobre su angustia y cómo la superó. Ambos príncipes, a pesar de la pérdida devastadora, honraron el legado de su madre y se convirtieron en figuras admiradas y queridas. Su vida y logros reflejan la fuerza de la crianza de Lady Di, un tributo eterno a la inolvidable princesa.