Un emocionado Luc Besson presentó el jueves su última película, "Dogman", en el Festival de Cine de Venecia, volviendo a la palestra dos meses después de que el máximo tribunal de apelación francés rechazara la petición de reabrir una demanda por violación contra él.
Besson siempre ha negado la acusación, que ha amenazado con convertirle en un paria de la industria cinematográfica, y no mencionó el caso mientras hablaba con los periodistas antes del estreno en Venecia. Pero habló largo y tendido sobre lo que le había inspirado y sobre su proceso de trabajo.
"Las dos únicas cosas que pueden salvarte son el amor y el arte, no el dinero. Cuando tienes las dos cosas eres afortunado", afirmó el cineasta francés, aplaudido por muchos de los periodistas.
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En un momento dado, pareció contener las lágrimas mientras daba las gracias a sus actores, Caleb Landry-Jones y Jojo T. Gibbs, y a su esposa, la productora Virginie Besson-Silla, que le acompañó en la rueda de prensa.
Besson, director de éxitos como "El quinto elemento", "Nikita" y "Lucy", dijo que desde que era adolescente siempre se había levantado temprano para escribir sus guiones. "Es mi forma de escapar de este mundo", reveló.
"No hay genialidad (en ello), hay trabajo. Sólo tienes que trabajar y trabajar y quedarte con lo que es bueno y trabajar en lo que no es bueno y volver a trabajar en ello", explicó.
"Dogman", una de las 23 películas que compiten por el León de Oro del festival, que se celebra hasta el 9 de septiembre, describe la atormentada vida de un joven, interpretado por Landry-Jones, que sufrió abusos de niño y encuentra la salvación en el amor de unos perros callejeros a los que cuida.
A Besson se le ocurrió la idea -dijo- tras leer una noticia sobre una pareja en Francia que mantenía a su hijo pequeño en una jaula. "Intenté imaginarme su vida (después) ... ¿En qué te conviertes, en un terrorista o en la Madre Teresa?", se preguntó.
Reveló que uno de los mayores retos de la película fue seleccionar, y luego trabajar con, una jauría de perros que son el amor y el orgullo del torturado protagonista.
"Una cosa que no esperaba es que hubiera 25 entrenadores y que tuvieran dos perros cada uno. Los perros sólo actúan a la voz de su amo, así que cuando dices 'acción' tienes a 25 personas gritando al mismo tiempo", explica Besson.
Con información de Reuters