El presidente de Rusia, Vladimir Putin, decretó estado de emergencia por el vertido de 21 mil toneladas de petróleo diésel en un río de la ciudad siberiana de Norilsk, en el Ártico, que se produjo hace seis días después de un accidente en la central termoeléctrica de Norilsk. Evalúan si se trata del mayor vertido registrado en la historia en la zona del Ártico ruso.
El primer mandatario ruso criticó a las autoridades de Krasnoyarsk por tener una respuesta "tardía" al derrame y apuntó a la indignación de las autoridades a nivel federal, que se enteraron de lo sucedido a través de las redes sociales.
"¿Por qué las autoridades se enteraron de esto dos días tarde? ¿Vamos a empezar a enterarnos de las emergencias a través de las redes sociales? ¿Tenemos un problema o algo?", cuestionó Putin.
Luego de un diálogo con el ministro de Emergencias de Rusia, Evgeni Zinichev, quien recomendó decretar estado de emergencia frente a la tragedia ambiental, Putin estuvo de acuerdo y avanzó con la medida.
Pese a que el accidente sucedió el 29 de mayo, el ministerio se enteró dos días después, el 31 de mayo. Según la empresa Nornickel, responsable del desastre, la descongelación del suelo de permafrost había causado daños al tanque de almacenamiento, lo que provocó el incidente.
Nornickel calculó que el vertido podría retirarse en un período de entre 10 y 14 días, aunque el ministro de Recursos Naturales, Dimitri Kobilkin, duda que sea posible la completa eliminación del crudo.