El ascensor de un antiguo edificio de Palermo de más de 100 años se convirtió por algunos días en un espacio de intercambio casi epistolar de fotos de gatos entre los vecinos. La historia se volvió viral en Twitter y TikTok gracias al relato de Emilia y Santiago, dos habitantes de la residencia que narraron la situación y conquistaron a millones de internautas amantes de los gatos. En diálogo con El Destape Web, ambos contaron el trasfondo de la tierna historia.
"Sé que era una historia divertida que sé yo, no es algo que pasa todos los días. Me pareció interesante y sé que hay como una gran comunidad de amantes de gatos", reveló Emilia, la joven que viralizó la anécdota en TikTok. La principal protagonista de la historia es Marta, la mascota que tiene una de las familias del edificio y quien llamó la atención de Emilia por su constante llanto durante las noches. Luego de un tiempo de escuchar los lamentos del animal, la joven fotógrafa decidió pegar un cartel para alertar sobre la situación y priorizar el bienestar de la gatita. "Hay un gatito que llora por las tardes y las noches. No molesta pero me da pena. Denle mucho amor, ¡es un michi! (va con toda la buena onda)", escribió Emilia en una hoja y pegó la nota en el sitio en común que utilizan todos los habitantes: el ascensor. Sin embargo, nunca imaginó lo que pasaría después.
Rápidamente, el cartel recibió respuesta de la familia de la gata, quienes aseguraron que se habían ido de vacaciones y por eso la mascota lloraba. Luego, un vecino contestó con otro cartel y pidió una foto de Marta y, al cabo de unas horas, apareció la imagen en el ascensor. Inspirados por este intercambio, otros vecinos se sumaron a compartir imágenes de sus gatos con carteles y comentarios sobre el resto de los inquilinos peludos que hay dentro del edificio. Entusiasmada por la historia, Emilia grabó un TikTok relatando la anécdota, con sus momentos buenos y malos (como cuando la encargada del lugar arrancó los carteles y los vecinos volvieron a ponerlos), y recibió una respuesta masiva: más de un millón de interacciones en cuestión de horas.
"Fue una historia bastante entretenida y llena de michis, así que decidí ponerlo en TikTok. Me fui a dormir y tenía 100 visitas, pero cuando me despierto a la mañana voy a chequear TikTok y ya tenía un millón de visitas", relató la fotógrafa a El Destape Web. Además reveló: "Empecé a leer los comentarios y todo el mundo me decía 'aguanten los gatitos', 'qué lindo edificio', 'me encanta esta cuestión del ascensor', todo muy copado".
Paralelamente, y sin saber que su vecina del piso de abajo había compartido la historia en su perfil de TikTok, Santiago se conmovió al ver la unión de los habitantes para compartir la foto de sus mascotas pese a la intervención de un "antigato", tal como él describió, de arrancar los carteles, y compartió la misma anécdota en su cuenta de Twitter. Casi al mismo tiempo, ambos relatos se viralizaron en las diferentes redes sociales. "Desde el principio me pareció surrealista y divertida la sucesión de notas y sus respuestas sobre temática de gatos. La primera nota podía pasar por mensajería clásica de consorcio. La segunda ya venía con el nombre Marta que me pareció muy divertido", reveló Santiago, el productor audiovisual que contó la historia desde otro punto en Twitter y aseguró que "esperaba que fuera de interés pero no que tuviera la llegada tremenda que tuvo".
Además, tanto Emilia como Santiago habían intervenido en el intercambio de fotos desde diferentes acciones, pero hasta antes de que las publicaciones se viralizaran, no sabían que el otro era un eslabón fundamental en la historia que decoraba el ascensor. "Con Emilia nos cruzamos en el pasillo en el momento que habían arrancado las fotos de Marta, lo comentamos y arriesgamos posibles culpables. Yo ya estaba yendo a reimprimir las fotos de gatos a la librería. Creo que ambos estábamos muy atentos y atraídos por esa historia surrealista de vecinos chateando vía papel presentando a sus gatos", reveló el también fundador del bar el Destello.
"Como yo vivo acá con mi mamá y mi hermana yo no estoy en el grupo de WhatsApp de los vecinos, entonces decidí poner un cartelito en el ascensor, que es un espacio en común que todos vemos y concurrimos todos los días", explicó Emilia sobre su iniciativa tan especial. Con el paso de los días, este simple cartel inspiró a los demás vecinos a que mostraran fotos de sus mascotas y, aunque la encargada del edificio despegó las imágenes del ascensor, los habitantes volvieron a unirse al poner las fotografías nuevamente y pedir que por favor no las saquen más.
"El hilo me lo tomé como un microrelato. Me interesaba que los ganchos y giros en la trama (trama 100% real) estuvieran acompañados de mi voz como narrador presente, intentando dar formato a esta red social de ascensor. La idea de vecinos que casi no se conocen y que empiezan a interactuar presentando a sus gatos en el ascensor, y que de pronto un traidor amenaza lo construido es cine", explicó Santiago. Luego, analizó el tinte especial de la historia: "Vecinos hiperproductivos, agotados, dedicando tiempo a algo inútil pero que los hace felices. El grupo de Whatsapp de vecinos existe pero solo es para hablar de problemas del edificio, el ascensor es para hablar de gatos en total anonimato". Precisamente, fue el mismo Santiago quien reimprimió la foto de Marta, la volvió a pegar en el ascensor luego de que la encargada las quitara, y además sumó una imagen de su gata, Ramona.
La relación entre vecinos fue mucho más allá de los esperado, incluso la misma Emilia lo analizó en base a sus conocimientos en semiótica. "Yo estudio comunicación social, además de ser fotógrafa. Y me pareció súper interesante el hecho de que de yo escribí el primer cartel con un fibrón rojo que tenía a mano y los demás cartelitos, por lo menos los dos siguientes, también tuvieron como esa cuestión de seguir el hilo a nivel, gráfico, si se quiere, o semiótico: todos escribían con el marcador rojo. Se sigue como una cronología independientemente de que nadie dijo cómo había que hacerlo porque fue algo completamente espontáneo", explicó.
Cómo sigue la historia: ¿siguen las fotos en su lugar?
Pese a que la historia tuvo lugar hace algunos días atrás, la unión de los vecinos para hablar de gatos en el anonimato persiste dentro del ascensor.
Según reveló el mismo Santiago, hasta las últimas horas del miércoles las imágenes seguían intactas. "Apareció una foto mas. Mi novia Nora llegó a casa recién y me dijo 'Pusieron foto de la hermana de Marta'. La acabo de ver y es una gran foto", finalizó el productor audiovisual.