¿Qué es de la vida de Gustavo Cordera?

El cantante sigue en la escena musical, aunque con un perfil mucho más bajo tras sus polémicos dichos en 2016. Todo sobre su nuevo trabajo.

21 de abril, 2023 | 13.18

Durante mucho tiempo, Gustavo Cordera fue una de las caras del rock nacional. El cantante de la Bersuit Vergarabat se convirtió en el líder de un fenómeno que alcanzó picos de éxitos a inicios de los años 2000 y se mantuvo en la escena luego de su salida de la banda. Sin embargo, todo cambió a partir del 2016 y una serie de declaraciones desafortunadas que le valieron un repudio generalizado. A partir de ese momento, su vida cambió para siempre.

Bio de Gustavo Cordera

Gustavo Edgardo Cordera nació en Dock Sud, Avellaneda, provincia de Buenos Aires en septiembre de 1961. Asistió a la Escuela Normal Próspero Alemandri, también conocida como ENSPA, para cursar sus estudios secundarios. Después de terminar la escuela secundaria, Cordera comenzó a estudiar Agronomía, Química e Ingeniería, pero finalmente decidió estudiar Comunicación Social en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

En 1987, mientras cursaba sus últimas materias de la carrera de Comunicación Social, Cordera se convirtió en un vendedor de autos en su propia agencia llamada "Cordera Hnos". En el verano de 1988, después de casi un año en Brasil, donde descubrió la música y la cultura brasileña, Cordera volvió a Argentina tras asistir al carnaval de Río de Janeiro con su primo. De regreso en su ciudad natal, Cordera abandonó sus estudios universitarios para perseguir su sueño de ser músico. A pesar de no tener ninguna formación musical previa, decidió vender su agencia de autos, regalar todo su dinero a sus amigos y mudarse al barrio de Barracas, convencido de que quería ser cantante de rock.

En 1989 nace la Bersuit Vergarabat, aunque la banda termina de afianzarse en 1990. Pero el grupo no tenía el impacto que buscaba, y de hecho tuvo un período de inactividad entre 1993 y 1996 que dejó a Cordera al borde del abismo, con un serio de problema de adicciones, sin trabajo y teniendo que vivir en una ferretería abandonada. Su suerte cambió con Libertinaje, el disco que saca la banda en 1998 y empieza el ascenso, que continuó con Hijos del Culo (2000) y De la Cabeza (vivo de 2002). El éxito terminaría de solidificarse con La Argentinidad al Palo, publicado en 2004 y cuyo tema de título fue un éxito total. En 2009 sorpresivamente Cordera abandona la Bersuit para emprender su carrera solista publicando Suelto, que luego fue convertido en su proyecto personal: La Caravana Mágica, con la que hasta la fecha sacó siete discos.

Todo cambió en 2016, cuando en una charla con estudiantes de periodismo dijo la repudiable frase “Hay mujeres que necesitan ser violadas, psicológicamente lo necesitan porque tienen culpa y no quieren tener sexo libremente”, entre otros dichos polémicos. Como resultado de sus declaraciones, fue sentenciado a realizar una probation por "incitación pública a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones", que finalizó en agosto de 2020. Además, sus comentarios generaron un rechazo generalizado en la sociedad, lo que llevó a la cancelación de algunos de sus conciertos y a alejarse de la exposición pública, "exiliándose" (como dice él) en su domicilio en La Paloma, Uruguay, donde vive desde hace 15 años.

Gustavo Cordera: qué hace en la actualidad

Gustavo Cordera en Mentes, su nuevo trabajo en 2022

En la actualidad Gustavo Cordera sigue con su proyecto artístico "La Caravana Mágica", aunque con una exposición mucho menor a la que tenía años atrás. En 2022 publicó su último trabajo "Mentes", que es la segunda parte de una trilogía llamada "Libres" donde el artista reflexiona a su manera sobre lo que le sucedió en los últimos años. También prepara giras para este 2023, incluyendo a Argentina, España y México.

Aún así, tiene una visión bastante particular sobre sus dichos y lo sucedido. De alguna manera, según sus palabras, ese repudio social "lo mató para volver a revivirlo". En una entrevista reciente en Infobae, declaró: "Al recibir la condena social, pude empezar a ver cómo se operaba, y cuando me di cuenta quiénes operaban, que son los dueños del mundo, no me extrañó que lo sigan haciendo. Algunos le dicen la elite, otros le dicen el Foro de Davos, otros le dicen reptiles, cada uno le pone el nombre que quiera, pero se mostraron. Necesitaron protagonismo y ya está muy claro el juego y cada uno puede tomar una decisión personal y profunda de a qué mundo pertenecer".