La parrilla de Recoleta que se volvió furor en Buenos Aires: costillar cocido a baja temperatura y osobuco braseado

El restaurante se convirtió en un punto de referencia para quienes buscan explorar una versión contemporánea de la cocina argentina.

10 de diciembre, 2024 | 09.17

Ubicada en el corazón de Recoleta, Rufino se consolida como un referente en la gastronomía porteña al fusionar tradición e innovación. Este espacio, emplazado en el subsuelo del hotel boutique Mío Buenos Aires, captó la atención de quienes buscan una experiencia culinaria sofisticada, destacándose por su ambiente elegante y una propuesta que reinterpreta los sabores clásicos de la parrilla argentina.

Un ambiente que combina estilo y comodidad

El salón de Rufino invita a disfrutar de una velada única. El diseño interior mezcla elementos modernos con toques cálidos, creando un entorno que equilibra iluminación, música y confort. Dividido en sectores que incluyen boxes íntimos y mesas tradicionales, el espacio garantiza privacidad y comodidad. Además, su barra de cócteles y estantes repletos de vinos seleccionados completan una experiencia que trasciende lo culinario.

El clima relajado y chic del lugar permite que cada visita sea inolvidable, ideal tanto para quienes buscan una cena especial como para quienes desean explorar la rica gastronomía argentina en un entorno exclusivo.

Una carta que reinventa lo clásico

El menú de Rufino refleja una pasión por los detalles y el respeto por los ingredientes de calidad. La experiencia sorprende con opciones como carpaccio de remolachas asadas con ricota y naranja, un mix de hongos a la chapa, y empanadas fritas de rellenos variados. Los amantes de los sabores intensos pueden disfrutar de chorizo artesanal, morcilla con chucrut y molleja acompañada de un puré de coliflor.

Cada detalle está diseñado para ofrecer una experiencia culinaria inolvidable.

En el apartado principal, las carnes y vegetales a la parrilla son los grandes protagonistas. Entre los platos más destacados se encuentra el costillar cocido a baja temperatura, que ofrece una textura tierna y un sabor que combina lo tradicional con técnicas modernas. Otro imperdible es el osobuco braseado, servido con glaseado de malbec y un puré cremoso de papa, un plato que resume la esencia de Rufino: tradición reinterpretada con maestría.

Opciones vegetarianas como el coliflor asado con yogur y el morrón relleno con quesos y cebolla caramelizada complementan una oferta versátil y pensada para todos los paladares.

Rufino se convirtió en un lugar obligado para los amantes de la comida casera

Bebidas que elevan la experiencia

La carta de bebidas de Rufino es tan cautivadora como sus platos. Los vinos, cuidadosamente seleccionados y organizados por intensidad, permiten recorrer las principales regiones vitivinícolas de Argentina. Su coctelería de autor, por otro lado, apuesta por reinterpretaciones de clásicos que incorporan frutas tropicales, cítricos y almíbares artesanales. Entre las creaciones más destacadas están el Pasionario, el Argenpisco y el Rufina, ideales para acompañar la experiencia gastronómica.