Buenos Aires ofrece una gran variedad de opciones para disfrutar de una rica comida, pero hay sólo una pizzería que logra reinventar la tradicional y autentica pizza argentina. Cuál es y por qué no podés dejar de ir.
Picsa: la pizzería de Buenos Aires que reinventa la tradicional y auténtica pizza argentina
La gastronomía actual se caracteriza por innovar permanentemente pero Picsa, una pizzería ubicada en el barrio de Palermo, apuesta a la tradicional pizza argentina de manera renovada. ¿Por qué sus pizzas son únicas? Su particularidad es una masa madre que reposa por los menos 24 horas para lograr su fermentación completa, asegurando así un producto liviano y de fácil digestión, que luego será cocida al molde en un horno a la leña de doble cámara y con piso rotativo. A esto se suma una cuidadosa elección de ingredientes artesanales, materias primas nobles y vegetales en su mayoría orgánicos de pequeños productores locales.
El local ofrece once variedades de pizzas, con opciones clásicas y creaciones originales. Entre las más pedidas por los comensales están las clásicas Muzza y la Napo, seguidas por la Fugazza y la Calabresa. Mientras que de las más creativas se destacan dos de las preferidas por los foodies: la Libanesa, -con tomate asado, tahini de cajú, vegetales de estación al horno de leña, perejil fresco y zaátar- y la Mexicana -con mozzarella, cheddar maduro, porotos negros guisados, asado deshilachado, ajíes mexicanos y cilantro. Una verdadera invitación para recorrer la gastronomía del mundo sin moverse de la ciudad.
El mejor dato para los indecisos a la hora de elegir un sabor es que las pizzas pueden pedirse por mitades y algunas especialidades también por porción. Además, Picsa se destaca por su fainá, fina y crujiente, al estilo de la farinata italiana. También se recomienda probar las empanadas fritas en versiones bien porteñas. Una propuesta de mezze complementa el menú, con platitos con sabor a hogar y placeres simples como berenjenas en escabeche fresco, morrones a la leña y un contundente lechón asado con ensalada de papas, mayonesa casera y pickles de morrón.
El menú no queda ahí, los postres también alucinan a sus comensales. En la lista de las opciones a degustar no pueden faltar: el flan fuerte con crema y dulce de leche, la torta de queso a la leña, el postre Balcarce helado y la mousse de chocolate con dos variedades de cacao y crocante de semillas.
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Un detalle del local que destaca es su barra, preservada por leños expuestos en un compartimento colgante, que además le permite a los clientes observar al equipo de cocina en acción, creando un verdadero espectáculo visual. El maridaje perfecto para acompañar al ícono argento incluye vinos, cerveza artesanal tirada, y una carta de cócteles amargos de autor como Tónico Porteño, Ferrocarril y Spritz de la casa. La particularidad de su carta es que las etiquetas reflejan la preferencia por el pequeño productor nacional.
La pizzería se encuentra en una amplia esquina, en Nicaragua 4896, con una imponente fachada revestida con los colores de la bandera argentina y es una de las más elegidas por los turistas. Desde que se pisa el local en el aire se respira “argentinidad”, la tradición del país se fusiona con su espíritu moderno, industrial -con pisos de cemento alisado, columnas sin revestimientos, vigas expuestas, elementos en hierro y equipamiento en acero inoxidable- y un toque minimalista en su salón interior y en el exterior.