Soledad Pastorutti es una de las artistas de folklore más reconocidas de Argentina, ya que se mantuvo vigente en los últimos 28 años, desde su aparición en Cosquín a sus 15. Por ese motivo, las recientes declaraciones de la cantante sobre lo que más le cuesta de su carrera llamaron la atención de todos.
La intérprete de hits como Tren del Cielo y A Don Ata formó su familia con Jeremías Audoglio, su novio desde la adolescencia, oriundo del mismo pueblo que ella: Arequito. Pastorutti y Audoglio se casaron en 2007, tras siete años de novio, y varias años más tarde se convirtieron en padres de sus dos hijas, Antonia y Regina.
La Sole siempre demostró su espíritu familiero a lo largo de su carrera, a través de la cercanía que siempre tuvo con sus padres y hermana, y hoy asegura que esa manera de ser se traslada a la familia que formó con su esposo. A pesar de esto, Soledad se refirió a la parte difícil de ser una artista de su talla y, a la vez, mamá y esposa: "El objetivo de mi carrera nunca lo cambié. Siempre fui con mi familia a todos lados. Es cierto que no es fácil conjugar las dos cosas, pero no se debe al hecho de tener hijos, sino a que vivimos en una sociedad con estructuras que tienen mucho para cambiar".
Pastorutti habló sobre este tema en diálogo con el medio El Planeta Urbano, en una entrevista en la que también reflexionó: "Yo elegí ser mamá y deseé profundamente formar una familia. Mis hijas me dieron una fuerza extra y una mirada mucho más sabia de las cosas que me permitió tomar mejores decisiones. Con ellas aprendo todos los días y esa experiencia se transmite en todo lo que hago".
El significado de Arequito para Soledad
La folklorista siempre mostró su arraigo a su pueblo natal, ubicado al sur de la Provincia de Santa Fe con poco más de 7 mil habitantes. En la actualidad, Soledad reside allí y sus hijas van a la escuela donde ella cursó de niña, a pesar de la gran cantidad de viajes que debe hacer a Buenos Aires por sus compromisos laborales. "Arequito para mí es un lugar agradable y tranquilo. Quise demostrar que puedo ser la de siempre en el lugar de siempre, que puedo criar a mis hijas donde me siento segura, pero también ser artista. Había un mito en los 90 de que había que vivir en Miami para hacer carrera. A lo mejor era una gran puerta, pero yo antes que nada necesito ser feliz y estar cómoda porque eso después se traduce en la música. De todas maneras, no es que vivo ahí como forma de resistencia", sostuvo al respecto.
"Para mí, el mensaje hacia los más jóvenes no es que se vuelvan a sus pueblos. Al revés, les digo que si tienen la oportunidad de viajar por el mundo, que aprovechen que hoy hay más herramientas para hacerlo. Eso no hace que uno desprecie su lugar. En la Argentina tenemos una valoración de las cosas que hay que cambiar, como pensar que si te fuiste sos un traidor y que si te quedaste sos recontra argentino", agregó la artista.