El folklore siempre fue un género musical que se caracteriza por ser "amiguero", para guitarrear en juntadas y escuchar de entrecasa. En ese sentido, dos de los máximos exponentes de este movimiento decidieron juntarse y regalarle a los fanáticos una reversión inolvidable de un clásico.
Nocheros en la mesa es el nombre del ciclo que armaron Los Nocheros donde reversionan diferentes canciones clásicas junto a invitados y lo suben a su canal de YouTube. En el último lanzamiento de este programa, el ahora trío integrado por Mario y Álvaro Teruel junto a Rubén Ehizaguirre, invitaron a Los Tekis con quienes forjaron una gran relación de amistad a lo largo de sus años de trayectoria.
El tema que escogieron es El Antigal, clásica zamba con música de Daniel Toro y la poesía de Ariel Petrocelli. De esta forma, emocionaron a todos sus fanáticos y se viralizaron rápidamente en las redes sociales. En la edición anterior, la canción elegida había sido Mariposa Triste, también de Toro, aunque en coautoría con Julio Fontana. El grupo invitado para aquella ocasión fueron los también salteños Ahyre. En el ciclo también participaron El Chaqueño Palavecino, Las Voces de Orán y Canto 4, entre otros.
Impacto en el folklore: El Chaqueño Palavecino habló de sus “milagros”
El Chaqueño Palavecino es una de las figuras más importantes del folklore argentino con una trayectoria de 40 años que cuenta con obras inolvidables, pero también con historias conmovedoras de sus fans. El cantante popular repasó algunos de sus “milagros”, pero fue contundente a la hora de explicar su "don sanador".
“Hay gente grande, de más de ochenta años, con problemas motrices, que se acerca para escucharme. Cómo no agradecerle a Dios todo eso. Le llego a la familia, estoy muy vigente”, expresó el músico sobre sus admiradores y remarcó que también lo escuchan los menores: “Me sigue la gente joven, hay chicos que se visten como yo”.
Durante una entrevista con La Nación, el Chaqueño Palavecino reconoció su obra sanadora y describió: “Son tantos los casos”. “Simplemente soy un cantor”, aclaró para evitar las connotaciones místicas y luego recordó: “Me han pasado cosas muy hermosas, como ir a un lugar donde a todos los demás artistas les llovía y a mí no. Ahí me digo: ´pucha, algo pasa´. Son cosas bonitas”.
En ese marco, el folklorista rememoró una historia más que emotiva sobre una vecina de González Catán: “Luego de enviudar, entró en una gran depresión; sus hijos no sabían qué hacer. En una oportunidad, ellos le abrieron la ventana para que ingresara aire fresco y sol a su habitación y se filtró mi música”.
“Ella preguntó quién era el artista y pidió que le compraran un disco. Con el tiempo, le fueron llevando más CD y hasta se acercó a un concierto. Me la presentaron, la abracé, sus hijos lloraron. Luego supe que, de a poco, fue saliendo de su estado de depresión. Ese tipo de recuerdos vale más que todo, es muy fuerte”, relató.
Así también detalló otra experiencia milagrosa similar: “Otra señora que también tenía una gran depresión y quería terminar con todo, escuchó mi música y salió adelante, luego se convirtió en seguidora”. “Seguramente es Dios, no creo que esté encantado”, volvió a aclarar uno de los artistas más famosos de Salta.
Finalmente, el Chaqueño Palavecino manifestó sobre el plano más espiritual: “Ojalá en la otra vida, en la vida celestial, sepamos dónde y cómo estamos, pero nadie ha vuelto para contarlo. Todo tiene un final, espero que ese final sea lindo. Por otra parte, poder quedar en el recuerdo del público es muy bonito, hemos intercambiado alegrías”.
“Me suelen pedir que visite a enfermos en los hospitales, pero no siempre salgo bien de esos lugares”, reveló y mencionó una experiencia en la ciudad de Ramallo: “Me llamó una señora joven que me pidió que fuera a verla antes de cantar, porque, al otro día, le cortaban la pierna. Fui y luego yo no podía cantar, me sentía muy movilizado”.