Soledad Pastorutti se presentó en el escenario mayor de Cosquín y festejó de esa manera 29 años de carrera, en conmemoración de su primera aparición en el festival en 1996 que la llevó a la fama masiva con 15 años de edad. A pesar de la experiencia que la intérprete de hits como Brindis y Tren del Cielo tiene como cantante, fue sorprendida por un hecho que no se esperaba en medio de su presentación en el mencionado evento cordobés.
La artista oriunda de Arequito que cambió el paradigma de la música folklórica en los '90, llevándola de nuevo a lo comercial, desplegó una vez más su carisma en el amplio escenario del festival que la vio nacer artísticamente, ante decenas de miles de personas. Soledad interpretó gran parte de la tracklist de su último disco, Natural, a pesar de que también puso su voz a canciones de varios de los discos que ha lanzado en sus casi 30 años de carrera, así como también clásicos del folklore que nunca grabó en estudio.
En medio de su recital, una nena logró subir al escenario y corrió hacia el centro del mismo para poder abrazar a Soledad. Dada su vasta experiencia en ese tipo de situaciones, la cantante apenas se sorprendió por el abrazo y al segundo desplegó sus brazos alrededor de la niña que solo quería saludarla. A pesar de la tranquilidad de la artista, dos personas de seguridad se le acercaron temerosos de lo que pudiera suceder, pero al ver que solo se trataba de una pequeña fan dejaron que ambas disfrutaran del momento.
La emoción de Soledad en Cosquín al recordar sus inicios
La artista dio una conferencia de prensa después de su show en Cosquín, a altas horas de la madrugada del 28 de enero, y allí recibió una pregunta que la hizo emocionarse hasta las lágrimas. "A aquella nena de 15 años que volvió consagrada a Arequito le diría 'el loco de tu viejo no estaba tan loco'. Porque yo en ese momento no tenía idea de lo que era esforzarse, de lo que era una carrera artística. Yo me di cuenta de que este era el camino correcto y decidí seguir con mi carrera artística como diez años después de ese momento. Al principio fue una idea de mi viejo, es un tipo muy especial y algún día deseo que alguien pueda contar toda la historia con todos los detalles porque realmente ha sido de esos papás que todo el mundo quiere tener, al igual que mi mamá. Perdón la emoción", soltó Pastorutti con la voz entrecortada.
"Yo le debo a mis viejos, a mis abuelos y a toda mi familia lo que soy. Natalia y yo siempre fuimos iguales en casa, nadie es más que nadie", continuó. Y cerró: "Cada vez estoy más convencida de que lo importante está ahí: en los amigos, en la familia, en los afectos".
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