Peteco Carabajal, cuyo nombre real es Carlos Oscar Carabajal Correa, es una figura emblemática en el mundo del folclore argentino. Nacido el 25 de mayo de 1956 en La Banda, provincia de Santiago del Estero, ha dejado una huella indeleble en la música popular folklórica del país. Con una carrera prolífica y llena de reconocimientos, Peteco no solo ha destacado por su talento musical, sino también por su vida personal, particularmente por su relación con sus hijos.
El legado de Peteco Carabajal
Desde muy joven, Peteco incursionó en la música. A los 18 años, grabó su primer disco junto a su primo Roberto Carabajal y Shalo Leguizamón, conformando el Santiago Trío. Posteriormente, se unió al grupo familiar Los Carabajal, con el que recorrió escenarios de Argentina, Latinoamérica, Europa y África, llevando la música folclórica a diversas audiencias alrededor del mundo. A lo largo de su trayectoria, ha recibido numerosos premios y reconocimientos, destacándose como uno de los mejores compositores de folklore de Argentina.
La familia de Peteco Carabajal
Peteco ha formado parte de distintos proyectos musicales a lo largo de su vida, pero su familia también ha sido una parte fundamental en su historia. En cuanto a sus hijos, ha tenido relaciones con diferentes parejas, lo que ha dado lugar a una diversidad de lazos familiares.
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Juan: es el primer hijo de Peteco, del cual fue separado cuando tenía apenas 5 meses de edad. No volvió a verlo hasta que Juan cumplió 19 años, lo que marcó un reencuentro importante en la vida del músico.
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Homero y Martina: son hijos de su segunda pareja, Claudia Cárpena, una reconocida actriz de la escena nacional. Homero y Martina forman parte del proyecto familiar que Peteco construyó junto a Claudia.
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Benicio y María: los mellizos Benicio y María son los hijos más jóvenes de Peteco Carabajal. Tienen 16 años y cada uno tiene sus propias inclinaciones y talentos. Benicio muestra un gran interés y habilidad en la música, especialmente en la percusión, mientras que María no comparte la misma pasión por la música, prefiriendo otros intereses.
La vida de Peteco Carabajal ha estado impregnada tanto por su pasión por la música como por las relaciones familiares que ha cultivado a lo largo de los años. Peteco es mucho más que un músico talentoso; es también un padre que ha enfrentado desafíos y ha encontrado alegría y satisfacción en la crianza de sus hijos.