El estudio constante de las distintas especies de animales permite a los científicos entender cada vez más el proceso evolutivo que experimentan las criaturas en el vasto reino animal. El caso más reciente y que sorprendió a investigadores de todo el planeta es el del capuchino Iberá, una clase de ave que es autóctona de la zona de humedales de la Mesopotamia argentina. Se trata de un fenómeno natural particular ya que es uno de los dos únicos ejemplos conocidos en que la mezcla genética de variaciones existentes trajo una nueva especie en lugar de mutaciones aleatorias.
En los Esteros del Iberá se pueden encontrar todo tipo de animales de gran porte que atraen a turistas de todo el planeta. Pero el que se está llevando todos los flashes para la comunidad científica es el capuchino Iberá (Sporophila iberaensis) un ave de apenas 8 gramos que se alimenta de semillas que solo crecen en los pastizales del noreste argentino. Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de Argentina, Estados Unidos y Brasil halló pistas para entender cómo surgen algunas especies en el reino animal.
Descubierto en el 2001 en las praderas del Parque Nacional Iberá, la primera vez que se habló entre científicos de esta particular ave fue recién en el 2016. A pesar de compartir territorio con el capuchino canela, el Iberá siguió un camino evolutivo particular y a un ritmo más veloz que el resto de las especies conocidas. Los Sporophila son pájaros cantores que se pueden encontrar en América del Sur, de evolución reciente y con muchas especies en las primeras etapas evolutivas.
El estudio publicado en la revista Science demuestra que el capuchino Iberá y el canela tienen genomas similares y la capacidad de formar híbridos, pero ambas especies se mantienen aisladas. A la hora de buscar pareja, los individuos de las dos clases de ave pueden distinguir de qué especie se trata a partir del plumaje y del canto de los machos. En el caso de las hembras, para los investigadores fue imposible reconocer de qué especie era cada una.
¿Cómo se forman las nuevas especies y por qué es importante el caso del capuchino Iberá?
Usualmente las nuevas especies se forman porque algunos individuos de una población quedan aislados o separados del resto por ríos, montañas o algún tipo de barrera física. Con el correr del tiempo, el grupo aislado empieza a divergir en cuanto a comportamiento, rasgo y hasta en su genética. Inclusive, si esa separación se mantiene en el tiempo, puede generar que a pesar de venir de un pasado común las especies no puedan producir descendencia fértil.
En el caso del capuchino Iberá no existió esa barrera física e igualmente surgió otra especie, en lo que se llama especiación paralela o simpátrica. Se trata de un proceso muy poco común y ahí radica la particularidad del caso de estas pequeñas aves. Entre otras instituciones el estudio contó con el apoyo económico de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y el Conicet de Argentina, la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de San Pablo (FAPESP) en Brasil, y la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
*Con información de Europa Press