Un extraño anillo de luz rodeó al sol, el fenómeno natural que sorprendió en Moscú

Miles de rusos quedaron asombrados al ver un gigantesco aro de luz que rodeó al sol en el cielo. La explicación de los científicos para quienes consideraron el fenómeno natural un acto divino.

10 de agosto, 2021 | 16.04

Un misterioso fenómeno natural sorprendió a Moscú, capital de Rusia, en los últimos días. Creer o reventar, un gigantesco anillo de luz rodeó al sol y dejó boquiabiertos a miles de habitantes. Pese a que muchos lo confundieron con un acto religioso, lo cierto es que se trata de un halo solar. Pero, ¿Qué es y de qué se trata?

La escena podría confundirse tranquilamente con una película de ciencia ficción y presta a la confusión de que podría tratarse de algo divino. Un aro de luz rodea al sol en épocas de verano, una toma perfecta que varias personas inmortalizaron a través de videos que luego fueron publicados y viralizados.

Sin embargo, hay una explicación científica para el extraño fenómeno. El halo solar está catalogado como un suceso "raro" que suele apreciarse en pleno invierno, cuando hace mucho frío. De hecho, en sitios de bajas temperaturas como la Antártida, Alaska, Groenlandia, norte de Escandinavia, aunque también en algunos sectores de Rusia y Canadá.

Halo solar, el fenómeno natural que captó la antención en Rusia.

Qué es un halo solar, el impactante anillo de luz que rodeó al sol en Rusia

El halo solar, fenómeno natural que sorprendió en Moscú (Rusia), se trata de un efecto óptico en forma de anillo que se ubica alrededor del sol y que a veces se presenta alrededor de la luna. Generalmente, son círculos de color blanco o de una tonalidad pálida.

Generalmente, la gente suele confundir este suceso con el arcoíris. La diferencia es que este último se produce por el agua en suspensión (lluvia o llovizna); mientras que el halo solar se genera por cristales de hielo.

La otra pandemia: calculan que 83 millones de personas morirán por los efectos del cambio climático

Un nuevo estudio ha establecido cuántas vidas futuras se perderán, o se salvarán, dependiendo de si aumentamos o disminuimos nuestras emisiones de carbono actuales. El autor, R. Daniel Bressler, candidato a doctor en el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, vio una brecha importante en las estimaciones actuales del costo social del carbono, la cifra en dólares que los economistas asignan a cada tonelada de emisiones, según los daños futuros que se espera infligir. Aunque estudios recientes proyectan que el cambio climático causará millones de muertes prematuras, las estimaciones actuales del costo social del carbono se basan en investigaciones obsoletas que no incluyen esas proyecciones. Su estudio se publica en Nature Communications.

Al establecer la nueva métrica del 'coste en mortalidad del carbono' Bressler no afirma que su número sea definitivo. Calculó el impacto del cambio climático en la mortalidad basándose en varios estudios clave de salud pública. Pero hay mucha incertidumbre en esos estudios: los principales hallazgos de Bressler se basan en sus estimaciones centrales. Por otro lado, el estudio de Bressler solo tiene en cuenta la mortalidad directa relacionada con la temperatura, como el golpe de calor; omite posibles muertes por tormentas, inundaciones, malas cosechas, enfermedades infecciosas o guerras, todas amenazas ampliamente predichas, pero más difíciles de cuantificar. Admite que su estimación podría, de hecho, "ser una subestimación enorme".