Los incendios forestales son una de las principales preocupaciones en las temporadas bajas de lluvia y, sobre todo, en verano. Estos sucesos suelen ser bastante difíciles de manejar si no se los controla a tiempo y suele haber muchos métodos de prevención para evitar las catástrofes. Sin embargo, recientemente salió a la luz que hay un tipo de nubes que se forman en los incendios y que pueden ser muy perjudiciales para estas zonas, generando un extraño fenómeno natural.
Los pirocumulonimbos son nubes que se forman a partir del calor y el humo de grandes incendios forestales. Y, en los últimos años, su frecuencia y tamaño aumentó debido al cambio climático. Estas nubes alcanzan grandes alturas desde la atmósfera a, en casos muy graves, la estratósfera, además, al ascender, pueden generar rayos que intensifican los incendios en curso.
La fricción de estas nubes, que podría decirse "respiran fuego", genera un roce constante con el aire circundante produciendo cargas eléctricas y eventualmente rayos. Un claro ejemplo de este fenómeno se observó durante los recientes incendios en Canadá, donde el humo alcanzó hasta Europa. Además, estos eventos no solo intensifican los incendios, sino que también tienen un impacto significativo en el clima global al dispersar partículas contaminantes a largas distancias.
El proceso de formación de estas nubes es complejo: el intenso calor de los incendios provoca que el aire ascienda rápidamente, llevando consigo humo y partículas que se enfrían y condensan a grandes alturas. Este fenómeno meteorológico crea condiciones para la formación de rayos, que a su vez pueden iniciar nuevos incendios, perpetuando un ciclo destructivo.
Afortunadamente, no todos los incendios forestales pueden formar un pirocumulonimbo. Se requiere que el incendio sea lo suficientemente grande y caliente para generar una corriente ascendente intensa. Esto depende de una compleja interacción entre el fuego, el material combustible y la inestabilidad atmosférica. Sin embargo, el intenso avance del calentamiento global hace que cada vez sean más frecuentes en todo el mundo.
Qué es la lluvia de peces, según la ciencia: a qué se debe este fenómeno
Si uno imagina estar en casa y ver la lluvia caer desde la ventana, cuando de repente, en lugar de gotas de agua, comienzan a precipitarse peces desde el cielo, puede parecer una situación desconcertante. Lejos de ser una escena sacada de una película de ciencia ficción o terror, esto fue lo que experimentaron los habitantes de Yasuj, una ciudad ubicada al oeste de Irán, el pasado 3 de mayo de 2024.
Lo cierto es que los primeros registros de fenómenos similares se remontan a un pasado muy lejano. Por ejemplo, en el libro II de su enciclopedia Historia Natural, escrita en el siglo I d.C., el autor Plinio el Viejo narra que "los informes históricos dicen que cayó una lluvia de leche y sangre [...], y en muchas otras circunstancias; llovió carne". Sin embargo, es probable que poco se haya indagado entonces en las razones científicas detrás de estas precipitaciones tan inquietantes.
Mientras que en la antigüedad se atribuían a castigos u obsequios de los dioses, hoy gracias a la meteorología es posible dar con una explicación lógica para este fenómeno, que no solo fue registrado en Irán sino también en otros puntos del planeta, como Yoro (Honduras) o, sin ir más lejos, Alicante (España).
La explicación científica detrás de este fenómeno es relativamente simple: se debe a tormentas y tornados. Cuando estos fenómenos meteorológicos ocurren sobre cuerpos de agua, como lagos o mares, tienen la capacidad de aspirar pequeñas criaturas acuáticas. Luego, los vientos fuertes transportan estos animales a largas distancias antes de que finalmente caigan con la lluvia en áreas terrestres. Aunque este fenómeno es raro, fue documentado en varias ocasiones a lo largo de la historia.
Este tipo de fenómenos fascinó a científicos y curiosos por igual durante siglos. Los eventos más recientes de "lluvias de animales" fueron estudiados con más detalle y se ayudó a desmitificar y entender mejor estos asombrosos incidentes. Además de peces y ranas, en algunas ocasiones también se reportaron lluvias de pequeños invertebrados, como arañas o gusanos, lo cual confirma la teoría de que las tormentas y tornados pueden levantar y transportar a estas criaturas.