Estamos en vísperas de un nuevo aniversario de la Independencia argentina. Sin embargo, también se cumplirá un año más desde aquella vez que nevó por última ocasión en Buenos Aires. Un 9 de julio de 2007, en horas de la tarde, la caída de nieve sorprendió a todos los bonaerenses y porteños. Es por eso que, en cada jornada como esta, la población vuelve a preguntarse lo siguiente: ¿qué debe pasar para que nieve otra vez?
La respuesta, manifestada por expertos en meteorología, se dirige a la necesidad imperiosa de la llegada de aire frío. Y el mismo debe ser realmente importante, como una masa de aire polar desde el sur. A su vez, la cantidad de humedad en el ambiente debe ser elevada. De este modo, se generaría el clima propicio para una precipitación.
Años atrás, en diálogo con Clarín, el presidente del Centro Argentino de Meteorólogos, Álvaro Scardilli, manifestó: "El frío debe abarcar a todas las capas de la atmósfera: la temperatura tiene que ser bajo 0 inclusive cerca de la superficie".
Otra característica importante que debe acontecer es la formación del copo de nieve. Y la misma tiene que darse en la nube, por cristales de hielo. Claro, es un panorama realmente complejo ya que necesitamos que todos los factores se cumplan al unísono.
Por otro lado, teniendo en cuenta que el AMBA es una zona con una densidad de población realmente importante, se genera un fenómeno climático denominado "isla de calor". Ante este motivo, generado por la alta actividad humana y a la superficie del asfalto que absorbe el calor del sol, es aún más difícil que la nieve aparezca. Al menos, en esta región.