Un terremoto de magnitud 7,4 hizo temblar a las islas de Kermadec, un archipiélago de Nueva Zelanda, y se instaló la alerta de Tsumnami en algunas regiones del océano Pacífico.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), ubicó el sismo a 10 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino y a unos 686 kilómetros al noreste de la población Opotiki, del norte de Nueva Zelanda.
La catástrofe natural no causó daños considerables debido a que las islas se encuentran deshabitadas, a excepción de un reducido grupo de personal de base permanente en la isla de Raoul, donde funciona una estación meteorológica y de radio.
“Olas peligrosas de tsunami son posibles dentro de los 300 km del epicentro”, señaló el sistema de mitigación y alerta de tsunamis del Pacífico de la UNESCO / COI.
El país oceánico se establece entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía, por lo que registra alrededor de 14.000 terremotos por año. De esa enorme cantidad, unos 100 a 150 son percibidos.