El continente 'oculto' de Zelandia (también llamado Zealandia, Tasmantis o 'Te Riu-a-Māui', que significa 'colinas, valles y llanuras de Māui' en maorí) está siendo mapeado parcialmente, gracias a una expedición de mapeo de aguas profundas de la Universidad de Queensland y el Schmidt Ocean Institute.
El continente mayormente sumergido tiene a Nueva Zelanda y Nueva Caledonia saliendo de sus profundidades y los geólogos solo lo pusieron en el mapa en 2014. Aunque desde 2017 se reconoció como el octavo continente, aún se desconocen exactamente sus límites.
El científico jefe e investigador de la Universidad de Queensland, Derya Gürer, pasó 28 días en el mar en el buque de investigación Falkor del Schmidt Ocean Institute, explorando el borde noroeste del continente ubicado en el Coral Sea Marine Park de Queensland. "Recién estamos comenzando a descubrir los secretos de Zealandia; ha permanecido oculto a plena vista hasta hace poco y es notoriamente difícil de estudiar", dijo Gürer en un comunicado.
"Zelandia es una masa casi completamente sumergida de corteza continental que se hundió después de separarse de Gondwanaland hace 83 a 79 millones de años. Se extiende por 4,9 millones de kilómetros cuadrados y es aproximadamente tres veces el tamaño de Queensland", añadió.
"El área entre la placa de Australia y la de Zelandia probablemente sea muy complicada de delimitar. Es posible que allí existan varios microcontinentes sumergidos, todos ellos de Gondwana. Estos fragmentos de corteza continental son diferentes de la corteza oceánica circundante del lecho marino, que es más densa y delgada que la corteza continental", señaló el científico.
"Nuestra expedición recopiló datos topográficos y magnéticos del lecho marino para comprender mejor cómo se formó la estrecha conexión entre los mares de Tasmania y Coral en la región de Cato Trough, el estrecho corredor entre Australia y Zelandia. El lecho marino está lleno de pistas para comprender la compleja historia geológica de las placas continentales de Australia y Zelandia", explicó.
El análisis del fondo marino fue realizado en colaboración con el Schmidt Ocean Institute durante la expedición 'Seafloor to Seabirds'. Los datos cartográficos también se incorporarán a un proyecto más amplio, el proyecto 'Seabed 2030', que tiene como objetivo poner a disposición del público un mapa completo del fondo del océano para 2030. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), menos del 10% del fondo marino ha sido analizado por métodos de sonar modernos.
*Con información de Europa Press