Un meteorito "arcoíris" se estrelló en Costa Rica el pasado 23 de abril de 2019 y según los científicos, podría contener los pilares para la construcción de la vida. Los primeros detalles de la investigación recién se conocen más de un año después
La pequeña roca blanda tenía el tamaño de un lavarropas y se rompió al impactar con el suelo, según detalló el portal especializado Space.com. Los habitantes de la zona encontraron fragmentos del meteorito esparcidos por dos pueblos, La Palmera y Aguas Zarcas.
De acuerdo con los especialistas, si bien caen muchos meteoritos en la Tierra estos fragmentos son especiales debido a que provienen de un asteroide formado por un remanente blando del sistema solar primitivo. Es decir que la roca se compone del polvo de la nebulosa que terminó por convertirse en nuestro sistema.
El cuerpo celeste "arcoíris" pertenece a una clase especial llamada condritas carbonáceas, que se crearon en las primeras horas de la aparición del sistema solar. Generalmente estas rocas contienen compuestos complejos de carbono. Incluso podrían albergar aminoácidos y otros componentes básicos de la vida.
Gran parte de estos fragmentos rocosos del sistema solar se transformaron en parte de los planetas que componen el sistema, como la Tierra. Sin embargo, esta roca permaneció intacta y sólo se vio afectada a través del tiempo por las reacciones químicas provocadas por la luz solar, que sería la que estimuló la creación de los compuestos químicos complejos.
Un viejo antecedente de meteorito "arcoíris"
Un meteorito de características similares también cayó en la Tierra en 1969 sobre Murchison, Australia. Los aminoácidos descubiertos en él permitieron difundir la idea de que la vida en la Tierra puedo haberse originado a partir de sustancias químicas en los meteoritos, según explicó el científico Joshua Sokol en la revista Science.
Los estudios del meteorito de Costa Rica llevarán tiempo, pero los investigadores están entusiasmados con analizarlo bajo técnicas más modernas que en el caso de Murchinson para llegar a descubrimientos más precisos. Incluso se esperanzan con encontrar compuestos orgánicos complejos, como proteínas.
Los fragmetos de Aguas Zarcas podrían ser la muestra más primitiva del sistema solar temprano y la nube de polvo pre-estelar. No obstante, también existe una complicación: Al caer en una selva tropical aún existe la posibilidad de contaminación.
No obstante, en un futuro cercano tendremos pruebas aún más claras. La sonda japonesa Hayabusa2 se encuentra de regreso a la Tierra con muestras del polvo estelar del asteroide Ryugu. Por su parte, en 2023, la NASA también obtendrá muestras del asteroide Bennu. Estas serían las más prístinas ya que nunca tuvieron contacto con la atmósfera terrestre.