En épocas de pandemia, los seres humanos se han planteado diferentes teorías existenciales sobre la vida y la naturaleza. De hecho, la investigación sobre fenómenos naturales parece ser un habitué en las últimas semanas. Es ahí donde surge un nuevo interrogante: ahora, el centro de las novedades está focalizado en otro posible suceso: ¿es factible que se generen "tornados de fuego" en la Tierra?
Si bien parece un escenario propio del apocalipsis, la realidad es que sí. Es posible que esto pase. Los remolinos de fuego, o tornados de fuego, se llevan a cabo cuando las llamas, bajo ciertas condiciones, se fusionan con corrientes de vientos turbulentos. De este modo, se forma una columna vertical en el aire, que da la apariencia de un tornado o remolino.
Los remolinos de fuego no son tan intensos como los habituales, ni tampoco se asocian a tormentas: surgen a partir de incendios forestales, es decir que requieren de ciertos escenarios para luego desencadenarse el fenómeno. El centro del torbellino es alimentado por el fuego, y por su parte un anillo de aire alimenta de aire fresco alimenta las llamas.
¿Cuál es el tamaño de los remolinos de fuego? Habitualmente ostentan un diámetro de 0.3 a 0.9 metros, más allá de que también se han reportado remolinos diez veces más anchos. Su altura, generalmente, es de 10 a 50 metros y pueden alcanzar la velocidad de 160 kilómetros por hora, con una duración de más de 20 minutos.
Uno de los ejemplos más drásticos de un remolino de fuego tuvo lugar en Japón, en el año 1923. Doce minutos después de un terremoto de 8.2 en la escala de Richter, se formó un tsunami cuya altura era de 12 metros. La catástrofe desencadenó en un torbellino, cuyas llamas se llevaron la vida de 44 mil personas.