Florencia Freijo se disculpó con Tomás Rebord luego de la polémica se desató la semana pasado tras publicar una serie de tuits en el que lo relacionó con un grave acusación. Tras la entrevista que el comunicador le hizo al presidente Alberto Fernández, la politóloga realizó un hilo de Twitter sobre un “chabón soberbio con denuncias por abuso contenidas que en cualquier momento saltan” y muchos entendieron que se refería al creador del Método.
“No existe perfil de abusador”, inició. Esa frase estaba acompañada por un mea culpa donde reconocía que se había equivocado cuando intentó analizar un tema profundo en la “nimiedad de un tuit”. Luego, le pidió perdón al conductor y aclaró que no era su intención señalarlo en las redes: “Mis tuits lo envolvieron en un conflicto, y acusaciones cruzadas, que jamás propuse profesionalmente y que lamento haya ocurrido”, precisó.
En un extenso comunicado que acompañó este pedido de disculpas, la escritora reflexionó sobre la problemática que intentaba evidenciar en sus tuits. “Lo que eran dos tuits que planeaban en principio una opinión personal sobre una problemática acuciante sobre la cantidad de varones abusadores en lugares de poder, que silencian a sus víctimas, terminó siendo expresado de una manera muy desafortunada por mí y alejada sobre una profunda certeza: no existe el perfil de nadie en particular para estigmatizar hechos delictivos. Fue un error gravísimo de mi parte”, manifestó.
Y agregó: “Seguramente estén los que digan ‘lo deberías haber hecho en ese momento’ esos son los tiempos de las redes. Esto pasó hace 4 días, 4. Nunca alcanza para el escrutinio público de las mujeres. Hay tipos que relativizaron violaciones y los amigos se siguen sentando en sus programas”.
Además, sostuvo que sufrió una persecución por parte de algunos usuarios de las redes: “Si no era esto, iban a buscar algún próximo error para marcarlo con creces. De eso estoy segura porque son los mismos de siempre a mis espaldas. Pero cada uno que elija cómo quiere ser. Yo elijo ver-me y esa combinación de tuit fueron innecesarios, sin reflexión, y sin criterio”.
Por su parte, Rebord se limitó a darle una breve respuesta: "Disculpas aceptadas". Con el correr de las horas, el comunicador evitó hablar sobre lo sucedido y comenzó a retuiitear la repercusión mediática que tuvo el pedido de disculpas.
¿Qué pasó con Flor Freijo y Tomás Rebord?
Tras los posteos en Twitter, la escritora denunció que algunos seguidores del conductor de Radio Nacional la amenazaron y adjuntó una captura de la bandeja de entrada de su mail, en donde se podían ver que varios usuarios le enviaron mensajes intimidatorios. La situación escaló tanto que Freijo pasó la noche del pasado miércoles acompañada por fiscales y la policía. “Vino un tipo además y se paró en la puerta. Me miró, se prendió un cigarrillo y se fue. Estaba con mi hijo. No solo no voy a cerrar las cuentas, sino que voy a denunciar esto públicamente”, relató.
“Mi hijo llora. Yo hago las valijas corriendo. Vienen los amigos. La policía en la puerta. Nuestra vida acaba de cambiar. Hay que morir con esto por dentro, porque también sos pecadora si lo decís. Mi comunidad jamás hubiera hecho algo así con nadie. Hay que hacerse cargo. Decirlo construye una narrativa victimizante. Las mujeres tenemos que ser fuertes, aguantar, no podemos denunciar”, añadió.
La autora continuó: “Esto llegó a un límite increíble. Todos ponen la gota, pero nadie parece darse cuenta de que llenan el vaso. Las silenciadas somos siempre las que hacemos, ellos siguen ahí, siempre, con sus fandom, protegidos y sin miedo. Hoy nos rompieron a mi hijo y a mí, nuestras rutinas, todo. Rompieron nuestro lugar, nuestra casa, nuestro espacio seguro. Tuve que dejar a mi perra también, pero parece que lo merezco, porque no pido de rodillas, sangrando, perdón. Son las mismas y los mismos perversos de siempre”.
En otro tuit, agregó: “¿Y saben qué? Yo escribo, sigo escribiendo y diciendo. Escribo porque es mi trabajo, porque es a lo que me dedico, escribo por las que esto se lo han tenido que comer en silencio. Escribo sin parar porque es lo que me sale hacer y porque no sé hacer otra cosa. Escribo por miedo. Escribo por descargo. Escribo por las burlas ¿Saben qué? El tiempo me dio la razón”.