Una vez que el Gobierno lo permitió, Soledad Silveyra fue una de las primeras en regresar a los escenarios con Dos locas de remate, comedia que protagoniza junto a Verónica Llinás en el Teatro Astral. "Solita", que también se presenta en Mar del Plata con el espectáculo, brindó una entrevista en la que recordó a sus amores y deschavó a Miguel Ángel Solá con una anécdota secreta de su romance apasionado.
Todo comenzó durante una entrevista al diario La Nación, en la cual la actriz habló de sus grandes amores del pasado. "Un día me acuerdo que uno de mis amores, que no quiere que lo nombre...", lanzó, alimentando la curiosidad del periodista Gustavo Lladós, quien acertó al preguntar si ese amor al que se refería era el actor Miguel Ángel Solá.
"Sí. No quiere que lo nombre y no sé bien por qué. De todos modos, cuando vino a la Argentina con su segunda mujer, con quien estaba haciendo Doble o nada, fui a verlo al teatro y pasé a saludarlo por el camarín. Al menos no me echó. De todos modos, no hablamos del tema. Él es así. Una vez, yo estaba caminando por los pasillos de Canal 13 con Antonio Gasalla y de golpe pasó él y me llevó puesta. ¡Me pechó! Me acuerdo que Antonio me dijo: '¿Pero qué le pasa a este con vos?'", soltó la actriz, deschavando al respetado actor, actualmente en pareja con la actriz Paula Cancio.
Aportando detalles al relato de su historia de amor con Solá, agregó: "Nosotros ya habíamos salido... Luego tuvimos un encuentro en Buenos Aires y por último, un reencuentro en Mar del Plata. Nos habíamos conocido en Villa Carlos Paz, durante una temporada teatral. Él pasaba remando en kayak y La China me decía: “Cómo rema este pibe por vos”. Luego, empezó a enviarme poemas a través suyo. Lo nuestro fue una gran pasión, por él me separé de Jaramillo. Duró poco, solo dos años, pero fue sin dudas una gran pasión. Nuestro reencuentro en Mar del Plata fue breve; es más, aquí terminó todo, con una situación desopilante que no puedo contar".
Por último, Solita contó la divertida anécdota de cuando sintió que el actor la engañaba con otra mujer en una fiesta organizada por el recordado Carlos Calvo. "Un día él se va a una fiesta a lo de Carlín Calvo, en Constitución y yo pensé: 'Este me está siendo infiel'. Porque esas fiestas se llenaban de minas divinas. ¿Entonces qué hice? Me fui para allá sin avisar y, sigilosamente, atravesé cuerpo a tierra todo el perímetro de la casa quinta. Sí, arrastrándome por el césped. Para esto, obviamente, primero tuve que traspasar los alambrados, donde me lastimé la espalda. Hasta que, toda embarrada, me le aparecí entre las plantas y le grité: “¡Hijo de p...!” Hoy recuerdo esa situación y no paro de reírme".