Al igual que Rodolfo Barili, Claudia Villafañe, Miriam Lanzoni y Candelaria Tinelli, Eugenia China Suárez se contagió coronavirus en medio de la segunda ola de la pandemia. Según informó la periodista Maite Peñoñori en Los ángeles de la mañana (El Trece), la actriz estaba haciendo un producción de fotos para una marca de indumentaria deportiva el martes 13 cuando se dio cuenta que había perdido el olfato e inmediatamente se sometió a un test y se aisló.
"En el día de ayer la China estaba haciendo unas fotos de la marca deportiva que tiene ella, se sentía muy bien. Y en un momento se dio cuenta que perdió el olfato. Al instante avisa cuando lo detecta", relató la "angelita". Y explicó cómo se manejó la actual pareja de Benjamín Vicuña: "No tenía fiebre, no se sentía mal, nada, pero pierde el olfato. Enseguida consulta un laboratorio, se hisopa y da positivo. Se va, se aísla, y avisa instantáneamente también al colegio de su hija Rufina -la hija que tuvo junto a Nicolás Cabré- y a todas las personas que estuvieron en contacto hacia 48 horas con ella".
Por lo pronto, Eugenia está cumpliendo con la cuarentena estricta en su hogar, junto a Rufina y los hijos que tiene con Vicuña, Magnolia y Amancio. Cabe señalar que el actor se encuentra varado en Chile, debido al cierre de las fronteras que forma parte de las restricciones para evitar el aumento de contagios de Covid-19.
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"Para nadie es una novedad hablar sobre los tiempos desafiantes que vivimos. Tiempos comparados con guerras que al menos yo no viví. Para nadie es fácil manejar en medio de la niebla, muchas veces sin saber cuál es el camino. Qué difícil para la ciencia y para nosotros entender que el aire puede ser nuestro enemigo, un beso un kamikaze y la distancia con nuestros seres queridos un salvavidas", escribió el chileno en sus redes sociales.
"En mi caso, como actor, cumplo con mi responsabilidad de terminar una serie nocturna en Chile desde el 6 de marzo, alejado de mi familia radicada en Buenos Aires, con fronteras cerradas que solo aceleran la ansiedad y con mis teatros sin poder abrir sus puertas hace ya más de un año", agregó.
Y lamentó la situación que atraviesa el Centro Cultural Mori, uno de los proyectos que comparte junto a su colega Gonzalo Valenzuela en su país natal: "Qué desolación ver como algo tan grande y noble como un centro cultural se cae a pedazos en medio del desinterés. Nada de lo que menciono se compara al dolor de perder a alguien, eso es obvio, pero si es un dolor progresivo y aparentemente invisible. Los trabajadores de la cultura hoy son invisibles, como sus familias y necesidades. Cuánto dolor e incertidumbre caminar por las sombras de lo no esencial. Este texto seguramente no es esencial ni relevante, pero si un grito desde lo más profundo de un hombre que improvisa y extraña en tiempos violentos".