Pampita reveló un dato sobre los zapatos que su hija Ana tenía puestos que causó emoción. La conductora de televisión reveló que el calzado pertenecía originalmente a Blanca, su hija con Benjamín Vicuña que falleció en septiembre del 2012 tras contraer una bacteria en un viaje a la Rivera Maya.
La esposa de Roberto García Moritán se expresó en las historias de la cuenta de Instagram de su beba y allí ofreció al público esa información que cambió el significado de los zapatitos en tono rosa que lucía Ana. "Estos zapatos eran de Blanca, ya no existen más", enunció sobre el calzado que compró a pocos meses del nacimiento de su primogénita en el año 2006.
Pampita compartió otros momentos junto a la niña en sus siguientes historias. Uno de ellos se basó en grabar a la pequeña mientras jugaba con broches de pelo parada al lado de una mesada. Otro momento fue cuando la modelo le ponía y quitaba un peluche a su hija en la cara, lo que provocada contagiosas carcajadas en la bebé. La cuenta de Instagram de la pequeña tiene más de 204 mil seguidores.
Las emotivas palabras de Pampita sobre cómo vive con la ausencia de su hija mayor
Pampita habló de su pérdida en diálogo con Ángel de Brito, quien le preguntó cómo hicieron para salir adelante cuando ocurrió la desgracia. "Cómo hacemos, es algo de siempre y no hay fórmula, es algo tan privado y doloroso que sí lo puedo hablar con alguien que transitó lo mismo", respondió la artista, quien siempre se ha mostrado algo reticente a hablar del tema ante los medios. "Es muy difícil de explicarle a otro, y se usa mucho para titular y no me gusta, trato de no tirar mucho, con el tiempo pude animarme a subir una foto o un video", sumó.
La modelo se refirió al homenaje que le hicieron a la niña en el día que hubiera cumplido 15 años, en un evento íntimo donde solo estuvieron presentes la familia y el círculo más cercano a ella y a Benjamín Vicuña. "Quería un lindo recuerdo para los chicos, transformarlo en algo lindo, una donación y que sea tangible para los niños", expresó al respecto Pampita. Y cerró: "Una amiga a los dos días de que se lo conté fue a Pilar y vio a una monja chilena pidiendo que arreglaran la plaza y conseguimos un super juego. Fue como una señal de que era eso lo que teníamos que hacer".