El cantante Nicolás Mattioli se encuentra en el centro de la atención tras un trágico accidente ocurrido en Santo Tomé, Santa Fe, donde atropelló a una mujer que iba en bicicleta. La víctima, Claudia Laura Decurgez, de 44 años, lamentablemente falleció a causa de las heridas sufridas. Tras el incidente, Mattioli permaneció en el lugar, solicitó asistencia y se entregó a las autoridades.
El accidente tuvo lugar el sábado 21 de septiembre por la mañana, cerca de la intersección de la avenida Richieri y la calle Libertad, en la zona sur de Santo Tomé, a unos 4 kilómetros de la capital provincial. Según reportes policiales y medios locales, el hijo del reconocido cantante Leo Mattioli conducía su camioneta Ford Ranger color gris solo, después de haber realizado dos presentaciones en Rosario la noche anterior.
Claudia Laura Decurgez fue identificada como la víctima del accidente. Mattioli fue demorado por la Policía, pero quedó en libertad el mismo día tras prestar declaración ante la Justicia local. Sin embargo, su situación legal podría complicarse, ya que la familia de la víctima ha solicitado a las autoridades que se investigue si el artista estaba usando su teléfono móvil en el momento del accidente.
Marcos Decurgez, hermano de la víctima, expresó sus sospechas, afirmando que Mattioli podría haber estado distraído tras discutir con su pareja. “Creemos que estaba peleando con el teléfono”, comentó a Cadena 3. “Vamos a pedir que le secuestren el teléfono para comprobar si lo estaba utilizando en el momento del accidente”, añadió, además de solicitar que la pareja del cantante declare como testigo.
Marcos también mencionó el impacto que tuvo el accidente: “Es terrible el abollón que tiene la camioneta, que hizo mi hermana con su cabeza. La velocidad también es un agravante… Mi hermana iba por la orilla, no entendemos por qué él iba por ahí. No podemos comprender lo que sucedió”, concluyó.
Poco después del incidente, un video de una cámara de seguridad de la zona comenzó a circular, mostrando el momento en que Nicolás Mattioli embiste a la ciclista. En las imágenes, se observa que la víctima circulaba correctamente por el lado derecho de la calle Richieri, mientras la camioneta del cantante se aproximaba a gran velocidad, impactando por detrás.
Nico Mattioli: "Yo no quería trabajar con mi viejo, pero le terminé diciendo que sí y ese fin de semana hicimos 13 shows"
"Siéntate, hijo mío, y escúchame. Sé que eres chico y quiero que empieces a entender", le cantaba Leo Mattioli a Nicolás, su hijo mayor, usando a la cumbia como una hamaca para aquel niño que hoy sigue sus pasos y escribe a su propio ritmo su historia dentro del mundo de la música. Porque en 28 años, Nico logró vencer el apelativo "hijo de" para erigirse en su propio estilo y habló con El Destape sobre el legado del león, y la importancia de que esté más vivo que nunca.
Nico lleva una vida tranquila en Santo Tomé. A la mañana lleva a su mujer al trabajo y después a su hija a fonoaudiología o la lleva al jardín. Toca la guitarra todos los días, lunes y jueves hace radio, los miércoles ensaya con su banda y martes y jueves juega a la pelota. "En la radio analizamos canciones, las tocamos con la guitarra. Tengo la vida organizada, no fumo más", reveló.
Nicolás empezó a perfeccionarse con la pelota y a tocar el acordeón, sonido santafesino por excelencia, a los 10 años y a los 11 ya estaba tocando en vivo con su padre. "Si no era el acordeón era la pelota. A los 11, 12 años arranqué con una banda que se llamaba 'Nico y los amigos del león', un grupo de chicos con los que hacíamos los temas de mi viejo. A mi papá le dio mucho miedo el tema de la ruta porque éramos chicos, más allá de que trabajáramos con gente grande", relató.
Justo, ese año me rajaron de la escuela y mi papá no quería que esté, por decir de alguna manera, un poco al pedo. Y me la hizo clara 'o volvés o trabajás conmigo'... Yo no quería trabajar con mi viejo, pero le terminé diciendo que sí y ese fin de semana hicimos 13 shows. La primera gira fue en Buenos Aires y yo empecé como acordeonista de mi papá, tenía 12 para 13 años", explicó.
Más adelante, Nico había quedado en Rosario Central a los 14 años hasta que una operación del ojo lo dejó afuera de la cancha y, allí, la música apareció como el llamado inevitable ya que tampoco se entusiasmó tanto con la aparecida posibilidad de jugar en Boca. "Las ganas de jugar al fútbol no eran lo mismo de antes, ya había conocido lo dulce de la música y de las giras", sentenció al tiempo que remarcó la satisfacción de haber respondido al llamado divino acompañando, primero, a su padre y después en su camino solista para que no se deje de hablar de amor desde Santa Fe hacia el mundo.