El coreógrafo Marcelo Iripino reveló en una reciente aparición televisiva cuánto sufrió de chico el hecho de ser obligado a jugar al fútbol por el solo hecho de ser varón. En su descargo, el bailarín contó con lujo de detalles los episodios que vivía en aquellos años y cuánto lo afectaron, aunque obviamente imprimió su icónica cuota humorística para alivianar la carga dramática de su relato.
“Mi viejo quería que yo fuera jugador de fútbol y, claramente, se equivocó. Él me compró el equipo, todo. Viste que el papá juega a la pelota y el nene se hace hombre: error. Mirame ahora papá. Mi viejo me compró un conjunto deportivo y yo me ponía los pantalones hasta el torso, pensando que era un vestido. Y mi hermano que me decía: ‘Dale, boludo, pegale a la pelota’ y yo hacía cualquier cosa, me pasaba por al lado la pelota”, comenzó su relato el ex Susano, en A la Tarde.
Luego, el coreógrafo se refirió a los momentos en que se veía expuesto por sus pocas habilidades para jugar al fútbol: “Siempre escuchaba a los amigos de él que decían: ‘Sáquenlo, mándenlo al arco a este pibe porque está todo mal’ y me mandaron. Imaginate, la pelota llegaba para un lado y yo hacía el lago de los cisnes para el otro. No, no, la padecí hasta que dijeron: ‘Este chico le pega mal el travesaño’. Y, obvio, acá estoy. Así que le dije a mi papá que me gustaron los soldaditos pero que el fútbol no iba conmigo y me dediqué a la danza”.
Bullying en la escuela
En una entrevista con Jey Mammón, Iripino reveló que sufrió bullying en su etapa escolar y contó en un emotivo discurso cómo superó esa etapa. “Me decían maricón, me escupían, me pisaban las zapatillas. Horrible. “Ahora lo cuento y digo ‘yo vivo, vivo con lo que soy feliz’. No me importa el resto porque no molesto a nadie, ni Marcelo (su marido) ni yo. Respetamos a todo el mundo”, comenzó la estrella de televisión.
“Quiero vivir mi felicidad que antes no lo pude hacer. Fijate lo que es la vida que me encontré con un compañero que fue de los primeros que me pisó la zapatilla. Me lo crucé hace unos años y le di un abrazo. ¿Sabés que lo abracé? No le dije ‘che me pisabas las zapatillas que mal tipo que fuiste’ Sentí la sensación de abrazarlo y le dije gracias”, concluyó el bailarín.