En el mundo del entretenimiento, pocas cosas sorprenden tanto como un romance inesperado entre dos figuras de renombre mundial. Esta vez, el ciclo Desayuno Americano, conducido por Pamela David en América TV, fue el encargado de revelar una primicia que promete ocupar titulares durante semanas: un vínculo amoroso entre una famosa actriz argentina y el icónico músico estadounidense Lenny Kravitz.
La historia comenzó a circular tras la llegada de Kravitz a la Argentina, donde se presentó en el Movistar Arena como parte de su gira internacional. Según revelaron en el programa, ambos se habrían encontrado en una reunión privada organizada en la casa de un reconocido músico argentino. Allí, entre conversaciones y miradas, quedó claro que no era la primera vez que cruzaban caminos. Se trata de la actriz Eva De Dominici.
De acuerdo con los detalles brindados, Eva habría acudido al encuentro a pesar de estar en pareja con Eduardo Cruz, el padre de su hijo, situación que agrega aún más intriga a este relato. Por su parte, Kravitz, quien en entrevistas recientes había comentado sobre su compromiso con el celibato durante los últimos nueve años, parece haber roto esa etapa de su vida en esta apasionada velada.
Los rumores indican que la conexión entre ellos no terminó en esa reunión. Tras disfrutar del concierto en el Movistar Arena, se habrían dirigido juntos a un hotel en horas de la madrugada, dando pie a especulaciones sobre un posible romance clandestino.
Rock, emoción y cercanía: Lenny Kravitz deslumbró en su regreso a Buenos Aires
Cinco años después de su última visita a la Argentina, Lenny Kravitz volvió a Buenos Aires para ofrecer el primero de dos shows consecutivos en el Movistar Arena, en el marco de su gira mundial "Blue electric light tour". Con euforia, rock y mucho glamour conquistó al publico argentino y lo dejó extasiado de sus clásicos inolvidables.
El ícono del rock y el soul arrancó la velada con “Are You Gonna Go My Way”, uno de sus hits más potentes, que hizo vibrar al público desde el primer acorde. A lo largo de dos horas de concierto, Kravitz realizó un viaje musical que abarcó sus mayores éxitos, desde “Fly Away” hasta “American Woman”, pasando por joyas como “It Ain’t Over ‘Til It’s Over” y “Again”. La lista de temas también incluyó canciones de su más reciente álbum, “Raise Vibration”, que fueron recibidas con entusiasmo por los asistentes.
El músico demostró una vez más por qué sigue siendo una de las figuras más relevantes de la industria. Con su voz intacta, una banda de virtuosos músicos y su imponente presencia escénica, Kravitz logró un balance perfecto entre momentos de energía explosiva y pasajes más íntimos.
Sin embargo, lo que hizo de la noche algo verdaderamente especial fue su conexión con el público: en más de una ocasión, el artista se tomó el tiempo para hablar con los presentes, agradecerles por su amor y energía, y acercarse a ellos para tomarles las manos. En un gesto que desató la euforia general, Kravitz bajó del escenario, caminó por el campo entre los fanáticos, saludó y rompió por completo la barrera entre artista y audiencia.
El momento más emotivo de la noche llegó cuando subió a un niño al escenario, quien lucía una camiseta con el nombre del músico. Tras una breve charla y un abrazo, Kravitz le regaló una púa personalizada como recuerdo, provocando una ovación ensordecedora. Este instante sintetizó el espíritu del show: cercano, auténtico y lleno de humanidad.
Con un Movistar Arena iluminado por las luces de los celulares durante el cierre con “Let Love Rule”, Kravitz dejó claro que su música sigue siendo una fuerza transformadora. El público, emocionado y con la esperanza de revivir pronto otra noche como esta, ya aguarda ansioso su segundo y último show en Buenos Aires.