Violeta Urtizberea destaca por su gran carisma y humor, y es que es el personaje que decidió mostrar ante las cámaras y en su gran trayectoria que tiene como actriz. Sin embargo, frente al gran nivel de exposición que maneja, hay situaciones en específico que alteran su paz y la llegan a hacer tomar decisiones que nunca imaginó. Y esto es lo que reveló en El Trece.
Como invitada a la última emisión de La Noche de Mirtha, Violeta Urtizberea aprovechó su paso para hablar del personaje de Charo Vidal, su rol en La 1-5/18, su trabajo en el teatro con Una Casa Llena de Agua y su experiencia como mamá de Lila, la pequeña de dos años que tuvo meses antes de que iniciara la pandemia. Sin embargo, dentro de la intimidad de la charla, la actriz encontró el espacio para sincerarse sobre un terrible episodio que vivió hace poco y que la marcó bastante.
"Me pasó que una persona, no se quién, puso mi número en Instagram y arrobó a gente que a mí me seguía como para que tengan mi número de teléfono. Me empezaron a escribir sin parar y yo pensé bueno esto se va a terminar en algún momento e ingenuamente respondía algunas pensando que podía hablar normal con alguien y era espectacular las respuestas que no tenían ningún sentido", comenzó por revelar Violeta, al confesar que había sido víctima de acoso virtual.
"Bloqueaba todos los teléfonos y seguían y seguían. De pronto me tiraban unos textos re feos que inevitablemente quedás un poquito angustiado aunque te parezca todo ridículo", continuó bastante angustiada al recordar el trágico periodo por el que había tenido que pasar al caer en manos de una persona que, quizá, no dimensionaba el daño que hacía.
Ante la gran cantidad de mensajes y el nivel de acoso que alcanzó debido a esta situación incontrolable, Violeta tuvo que tomar una drástica decisión al respecto: tuvo que dar de baja su número anterior y cambiar por uno nuevo. "No quería hacerlo porque perdés los contactos y todo pero pero lo tuve que hacer", aseguró.
Una decisión que le costó
Durante la cuarentena, Violeta Urtizberea se enfocó en la crianza de su pequeña hija Lila, fruto de su amor con el cantante cordobés Juan Ingaramo, por lo que le costó muchísimo retomar el ritmo de trabajo y desapegarse de su primogénita. "La verdad es que me daba un poco de miedo volver a enfrentarme con una rutina tan fuerte: tenés que dedicarle casi doce horas por día, no podés organizar tu vida personal", reveló en diálogo con La Nación.
"Que el trabajo se ponga así de intenso ahora que tengo una hija me inquieta, hace que aparezcan algunos fantasmas por no estar cerca de ella durante tantas horas. Pero siempre sucede que uno imagina que las cosas son más trágicas de lo que en realidad son. Trabajando yo estoy más feliz, y eso beneficia la armonía del hogar", aseguró sobre la dificultad que le conllevó fusionar las dos facetas de su vida: la actuación y la maternidad.