Nazarena Vélez se manifestó en sus redes sociales sobre sus sentimientos ante el casamiento de su hija Barbie. La celebridad brindó lujo de detalles de la organización del esperado evento y reveló cuán ansiosa y sensibilizada está por el nuevo hito en la vida de su primera hija, a quien tuvo a sus 19 años. En medio de su relato, la actriz casi quiebra en llanto por su emoción.
“Manejo una sensibilidad que no sé qué me pasa, pero por cualquier cosa quiero llorar. Desconocía este nivel de sensibilidad. Hoy fui a la Iglesia un ratito y no sé si me movilizó cosas no qué pero tengo una ansiedad tremenda. Bah, más que ansiedad, sensibilidad. Se me pasan muchas cosas por la cabeza, por el corazón y aparte es una situación hermosa, porque no hay nada más lindo que la etapa que estamos viviendo”, comenzó su descargo Nazarena Vélez, a través de sus redes sociales.
La productora teatral continuó su descargo y se refirió a los preparativos de la boda: “Titi y Barbie dijeron que estoy insoportable. Sí, estoy un poco insoportable. Yo siempre estoy de muy buen humor y ahora estoy como muy pendiente de todo. Mañana me voy muy temprano con Barbie, quiero dejar la ropa, ahora le vine a buscar una camisa básica al Bocha. Estoy en todo. Tengo que dejar todo preparado porque mañana me voy con barbie a la mañana y después me encuentro con toda mi familia”.
“Además de todo eso, sí estoy sensible. Se casa la nena, sepan entenderme, soy una gede. A esa criatura la tuve a los 19 años, es la mujer de mi vida. Además de ser mi hija, es mi mejor amiga. Si sigo hablando, me pongo a llorar”, cerró su descargo la actriz y dejó en claro cuán movilizada está por el casamiento de su hija.
La fuerte historia de Nazarena Vélez con las adicciones
En una entrevista con Gastón Pauls, Nazarena Vélez se manifestó sobre su conflicto con la ingesta de anfetaminas. “Empecé a los 14 años a tomar diuréticos y laxantes porque siempre fui gordita y yo quería ser cualquier cosa menos gordita. Estaba flaca pero enferma. Sabía que me estaba matando, llegué a tomar más de 30 pastillas hasta que una sobredosis casi me mata. Sentía bichos en el cuerpo y que el corazón me explotaba. Estaba inmovilizada en la cama”.
“La sobredosis de anfetaminas que había llegado a tomar era comparativa a 30 líneas de cocaína, una droga fuertísima. Tenía abstinencia y me escapaba a comprar pastillas, o aparecía caminando por el techo de la casa. Es una lucha tremenda. Tengo una personalidad muy adictiva”, cerró Vélez.