Una de las afectadas por cuarentena fue la humorista Lizy Tagliani, quien se vio obligada a tomar una dolorosa medida: cerrar su peluquería. "La verdad es que nos va bien en mi peluquería. Es una peluquería muy pequeña, por lo cual no deja ganancias como para tener un colchón guardado en el banco, ni ahorros, ni mucho menos. Vivimos al día y vivimos bien. No debemos absolutamente nada, ningún impuesto, ningún producto, nada", contó la conductora de El precio justo (Telefe).
"El contrato del local donde está mi peluquería vence en mayo. Ahora lo estoy pagando de mi sueldo de la televisión, pero cuando termine el contrato no vamos a seguir", afirmó Tagliani en un audio al magazine Confrontados (El Nueve). La conductora reconoció que la situación se sobrepasó de su alcance: "Todo esto hizo que nos replanteemos la situación. Justo vence el contrato en mayo y la verdad es que el dueño del local necesita el dinero porque él dice que lo necesita para su mamá y está en todo su derecho. Con lo cual, no puede respetar los tiempos que dice el Gobierno de esperar para que uno pague el alquiler, ni los 180 días ni nada. Él quiere del 1 al 10 el alquiler, como corresponde, el alquiler".
Y, entristecida, agregó: "Entonces, por ahora, lo estoy pagando de mi sueldo de la televisión, pero cuando termine el contrato no vamos a seguir con la peluquería". Lizy Tagliani manejaba su emprendimiento con gran éxito y popularidad. Pese a que la cuarentena es la mejor forma de cuidarnos y protegernos del virus, algunas fuentes laborales se vieron visiblemente condicionadas y golpeadas.
"La idea es que cada uno de los chicos haga a domicilio para empezar a juntar plata. Y, más adelante, cada uno hará un despliegue para salir adelante por sí solo, o nos volvemos a encontrar. Eso será cuestión del destino", cerró Tagliani, con mucho dolor.