Nazarena Vélez tomó coraje y contó su terrible experiencia con la adicción a las anfetaminas en los inicios de su carrera artística . Además, reconoció que su problema tuvo una vinculación directa con las exigencias del medio para que tener un cuerpo perfecto.
"Cuando empecé con las publicidades a los 14 años empezaron mis trastornos. Yo era muy influenciable, me guiaba mucho por lo que me decían, me habían dicho en los casting de publicidad que estaba un poquito gordita, siempre fui muy alta, mido 1.72, y en ese momento pesaba 50 kilos. Con ese peso de un día para el otro me decían que tenía que bajar 4 kilos", relató.
Frente a las exigencias que le imponían por cumplir estándares artificiales de belleza, la vedette terminó recurriendo a unos de los fármacos más peligrosos. "Empecé a hacer idioteces que te arruinan la vida y el organismo, como tomar laxantes y diuréticos. Me arruinaron para siempre porque nunca más pude ir al baño como persona normal", explicó.
"Lo mismo pero por diez son las anfetaminas. Sentía que tenía que estar cada vez más flaca. Una amiga me dijo 'ay, tengo unas pastillas que son geniales pero te van a dejar un poco seca la boca'. No saben lo que son esas pastillas. Yo estuve diez años y siempre fui consciente de que eran malísimas, pero me gustaba el resultado 'mágico' que daban. Te sentís como el ojete y no comés. En mi caso, yo temblaba. Todo el mundo me lo comentaba", admitió.
Sobre su momento más crítico, Nazarena contó: "A mí me salvaron la vida mis viejos, un día me pasé de pastillas, me levanté con el corazón que me hacían 'bum, bum, bum' y pensé que me había agarrado un infarto. Fue hace diez años, tenía 35. Le conté a mi mamá que me había mandado una cagada, que necesitaba que me ayudara porque ese día sentí que me moría. Se vinieron de Puerto Madryn y se quedaron tres meses al lado mío".