En medio de la cuarentena obligatoria, Luli Fernández se encontraba en su hogar junto con su familia, hasta que recibieron la "visita" de un grupo comando armado que los asaltó a punta de pistola y se llevó objetos de valor. La modelo fue maniatada y, una vez que sucedió lo peor, se animó a relatar el duro momento que atravesó. "Lo hablé un montón de veces pero todavía me tiembla todo el cuerpo al recordarlo. Pasan los días y es inevitable pensar en todo lo que no pasó pero pudo haber pasado", confesó.
Perturbada, Luli siguió su relato que, afortunadamente, terminó sin ninguna víctima fatal ni heridos: "Lo vi entrar a Christian con un tipo con barbijo por detrás... ahí vi el arma. Mi marido me dijo que me pusiera boca abajo en el piso... yo estaba cambiando a Indalecio, lo tenía con los pantaloncitos bajos y me puso con él en el suelo, yo recostada sobre él. Lo increíble fue que en todo el tiempo que duró el robo, no emitió sonido. Se quedó quietito... sólo se quejó un poco cuando me dicen que si no les doy las joyas se lo iban a llevar. Ahí Christian agarra al nene y dice 'no se llevan nada'... les juro que pensé que nos mataban".
El riesgo por perder su vida y que matasen a su familia llevó a la modelo a reflexionar sobre lo sucedido y, visiblemente perturbada, reveló: "Yo no me olvido más la mirada del tipo... es muy dura. En tres oportunidades me dijo que se iba a llevar al nene. Yo pensaba que él no se iba a dar cuenta de nada pero con sus 13 meses, sintió todo. Hay días en los que no puede dormir bien".
La estrella que renunció a su trabajo como panelista de Alejandro Fantino, ya que ahora quiere estar con su esposo e hijo, cerró con una angustiante oración que enmudeció al equipo de "Los ángeles de la mañana". "Un día, mientras estaba jugando, le dije que los señores malos no iban a volver y él me miró y salió corriendo, como que no quería escuchar", cerró, en referencia a su pequeño hijo.