Hace algunos años, Damián De Santo tomó una decisión que dejó a muchos sorprendidos: dejó atrás el bullicio de Buenos Aires y se mudó con su familia a Villa Giardino, en Córdoba. Allí encontró un equilibrio ideal entre su carrera y una vida más relajada y auténtica. Este cambio no solo le brindó estabilidad emocional y familiar, sino que también inspiró a sus hijos, especialmente a Joaquín, su hijo mayor, quien decidió seguir sus pasos en la actuación.
A pesar de la notoriedad que conlleva su apellido, Joaquín De Santo se ve decidido a crear su propio camino en el mundo del espectáculo. Desde muy joven, mostró un interés por las artes escénicas, participando en obras escolares y asistiendo a talleres de teatro. Su vocación se consolidó durante un viaje, donde un orientador vocacional lo ayudó a darse cuenta de que su pasión por el arte iba más allá de un simple pasatiempo. Actualmente, Joaquín está cursando la Licenciatura en Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba, con el objetivo de perfeccionarse y encontrar su propia voz en el escenario.
A pesar de su corta trayectoria, el hijo mayor de Damián De Santo mencionó en diversas entrevistas que la influencia de su padre fue fundamental en su desarrollo, pero se muestra decidido a construir una carrera con su propia identidad, eligiendo papeles que lo desafíen y le permitan demostrar su versatilidad.
El entorno familiar también fue crucial en su formación. Damián y su esposa, Vanina Bilous, una reconocida bailarina de tango, promovieron siempre el amor por el arte en su hogar. El actor contó en varias ocasiones que sus hijos, Joaquín y Camilo, absorben la pasión y el compromiso que él tuvo con su carrera. “Siempre les digo que la dedicación es clave en lo que elijan hacer”, afirmó, subrayando la importancia del esfuerzo y la perseverancia.
Damián De Santo reveló su dura infancia: "Buscaba chicles en el piso"
Damián De Santo fue uno de los invitados al programa que Andy Kusnetzoff conduce cada sábado en la pantalla de Telefe. Y en el marco del punto de encuentro, el actor se animó a confesar detalles muy duros sobre cómo vivió su infancia y de lo humilde que era su hogar.
El presentador de TV pidió que den un paso hacia el punto de encuentro todos aquellos a los que la infancia les marcó su personalidad. Damián De Santo no dudó y se decidió a contar una historia que, sin dudas, sorprendió tanto a sus colegas como al propio Kusnetzoff.
"La infancia obviamente que nos marca a todos, pero uno le da más importancia o no a algunas situaciones o eventos", expresó De Santo. Y agregó: "Yo recuerdo que cuando mis viejos se separaron había muy poca guita en casa, a nosotros no nos daban plata y para comprarte la bolsa de palitos en el colegio tenías que tener un mango".
El artista reveló qué hacía para poder sentirse al mismo nivel que sus compañeros de colegio: "Me desesperaba por no tener chicle yo. Llegar al colegio y no estar masticando chicle, porque todos estaban masticando chicle. Entonces, una cuadra antes... esto es una asquerosidad pero lo voy a contar igual, buscaba chicles en el piso".