Carmen Barbieri recordó uno de los momentos mas dolorosos de su vida y la decisión extrema que estuvo a punto de tomar. "Quería que me desconectaran", declaró en una reveladora entrevista para hablar de cuando estuvo al borde la muerte.
En declaraciones a Ciudad Magazine, la capocómica habló de su terrible internación por Covid-19 y del terror que pasó en los 20 días que pasó en coma farmacológico. “Estuve al borde de la muerte dos o tres veces, pero la última vez, la del Covid-19, fue durísima. Sabés que dentro de mi coma no estaba segura de por qué estaba internada muriéndome, no me acordaba del coronavirus. Me había quedado enganchada de que me había dado un ACV. No podía moverme, estaba totalmente paralítica. Me bajaron la sedación y me decían que moviera el pie o que moviera las manos y no podía. Yo pensaba ‘a mí me dio un ACV’. Estaba intubada y atada porque me había arrancado todos los cables. Me encontraron con el suero en la cama porque lo había cortado con los dientes, lo había estado chupando porque estaba muerta de sed. Por eso me ataron”, afirmó.
“El médico le dijo a Federico ‘todos los pacientes lo piden, pero acá no lo hacemos”. Hoy Fede me dice ‘¿es verdad que vos pedías que te desconectaran’?’. Y sí, que te den a tu mamá hecha un cacho de carne que no se movía. ¿Cómo ibas a hacer para atenderme? ¿Qué iba a hacer de su vida? Yo quería que me desconectaran. Respiraba gracias a ese aparato que hacía un ruido infernal. Tenía una neumonía bilateral. Estuve muy, muy grave. Tuve otra bacteria, pero no estaba triste porque me iba. No decía ‘pobre Fede, lo voy a dejar solo’. Pensaba ‘lo dejo hecho un hombre, él se las va a saber arreglar’”, sumó en relación a los pensamientos que se le atravesaron en su lucha contra la enfermedad.
Carmen Barbieri defendió la eutanasia
Asimismo, la conductora del ciclo Mañanísima (El Trece) afirmó que cuando se dio cuenta de su estado y postración solicitó ayuda para morir al equipo médico que la atendía. “Cuando vi que el cuerpo no me respondía le hacía este gesto”, indicó pasándose un dedo por el cuello. "Me parece que era lo más normal irme dignamente. Yo creo en la eutanasia”, sentenció.