Beto Casella sorprendió a sus seguidores con una triste noticia. Mediante su cuenta de Twitter, emitió un comunicado en el que pidió datos para aportar sobre un hecho que terminó con la vida de un joven: el mismo fue baleado y, tras varios días de agonía, murió.
"A Luciano Geddo lo balearon al salir desde su casa al trabajo el 9 de junio. Intervino la policía de Villa Luzuriaga y actúa una fiscalía de San Justo. Hoy estan velándolo. Aparentemente no había intención de robo. Si alguien puede aportar datos, comunicarse al 1550096180", pidió el conductor de Bendita TV. Justamente, Beto Casella también es de zona oeste por lo que este caso lo sensibilizó aún más.
Mediante su cuenta de Twitter, Beto Casella interactúa con frecuencia con sus seguidores y, en este caso, les solicitó a quienes puedan tener datos sobre el crimen que aporten sus conocimientos para hacer justicia ante el asesinato de Luciano Geddo. El conductor tiene un compromiso social muy fuerte, y una vez más lo dejó demostrado.
Beto Casella decidió hablar de su adicción: "No puedo elegir"
Beto Casella decidió hablar de su adicción. Lo hizo en diálogo con Gastón Pauls, en Seres Libres (programa que se emite por Crónica TV). Si bien pocas veces habló de su vida privada y se mantiene al margen de los flashes de las cámaras por fuera de su horario laboral, el conductor de Bendita abrió su corazón: "Fui esclavo mucho tiempo".
“La adicción no se toca tanto en los medios por que no tiene tanta visibilidad, al no tener tanta visibilidad no tiene rédito político. No es un notición, ¿los portales lo van a levantar? No, entonces vamos a una escuela a sacarnos fotos al hospital… Es una batalla que se perdió de Ecuador para abajo. Yo fui esclavo del tabaco mucho tiempo”, reveló Beto Casella, quien al mismo tiempo confesó uno de los episodios que más lo marcó en su lucha contra el tabaco.
Con lujo de detalles, el oriundo de Haedo contó: “Había tenido un episodio donde se me obturó una arteria y estaba en el sanatorio. Yo tenía un pucho pero nada para encenderlo y entonces salí en camisoncito a la calle, para ver si alguien me daba fuego. Pero me agarro un guardia y me metió para adentro. Yo ya era conocido y estaba con el culito al aire, tratando de prender un pucho… Probé con el tubo fluorescente de la camilla, con el calor del tubo, para ver si me prendía, pero luego un alma caritativa me ayudo a prender el cigarrillo”.