Analía Franchín habló en Mitre Live sobre su obsesión con Freddie Mercury este 24 de noviembre, a 30 años de su fallecimiento, y contó que siente una conexión tan grande con él que cree que son almas gemelas y que le envía señales, motivo por el cual tuvo que ir a terapia durante mucho tiempo.
“Te quiero preguntar, ¿desde cuándo esta obsesión con Freddie Mercury y cómo surgió?”, le preguntó el conductor, Juan Etchegoyen. “Muchas sesiones de terapia. Yo sé que va a sonar a delirio, pero siento que somos almas gemelas. No hay día que no piensa en él”, contó Franchín, que tuvo la oportunidad de viajar su casa de Londres, en el Garden Lodge, que hoy en día está apta para visitas.
Después de investigarlo mucho, Analía incluso asegura saber en dónde fueron tiradas sus cenizas después de su muerte, el 24 de noviembre de 1991. “Fue tremendo. Cuando fui a las dos casas de él y soy como un detective privado que quiere saber dónde están las cenizas. Basado en mi propia investigación, yo creo que están repartidas en dos partes”, comenzó.
“Una, en el jardín japonés que hizo en su casa de Londres, que se ve en la peli. Y la otra parte debe estar esparcida en un lago del Múnich, porque él amaba mucho ese lugar y componía mucho ahí. De hecho, los últimos meses de su vida estuvo mucho ahí, porque la prensa lo asediaba”, aseguró.
“¿Te pasó de soñar con Freddie Mercury o tener algo sobrenatural?”, le preguntó Etchegoyen, a lo que ella respondió: “Solo una vez pude soñar con él. Él estaba enfermo y yo lo cuidaba con mucho amor”. Otra cosa que le pasa a Franchín es entrar a lugares y que justo suene una canción de Mercury, como si le estuviese mandando algún tipo de señal.
“Después me pasa algo que, en cualquier lugar del mundo en el que esté, entro y pasan una canción de él. Y obviamente, mi perro, que se llama Freddie. No tienen idea el nivel en que lo admiro, es tan lindo, especial, carismático…”, destacó. “Además, a mí me encanta por todas las cosas que pasó él, esa lucha interna porque sus padres no se enteraran de que era gay pero que al mismo tiempo lo vivía en su intimidad con un desenfreno total. Me gusta esa superación”.
Los últimos días de Freddie Mercury antes de su muerte
Freddie murió el 24 de noviembre de 1991 apenas a sus 45 años, justo un día después de haberle contado al mundo que tenía SIDA. Años atrás, en 1987, se había enterado que era VIH positivo pero, por el acoso constante que sufría por parte de la prensa y por los prejuicios de la época, decidió guardárselo por todo ese tiempo.
“En virtud de las enorme atención que la prensa ha brindado al asunto en las últimas dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo de HIV y que por lo tanto padezco de SIDA. Creía adecuado mantener en secreto esta situación hasta la fecha para conseguir la tranquilidad de quienes me rodean. Pero llegó el momento para que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad y junto a los doctores me ayuden en la batalla contra esta terrible enfermedad”, había escrito en su carta pública.